Los dramaturgos ingleses de la segunda mitad del siglo XVII llegaron a apreciar enormemente las composiciones para música incidental de Henry Purcell, partituras que, en forma de danzas, canciones y piezas instrumentales, en muchos casos hacían más atractivos los textos. Es el caso de la obra Abdelazer o La Venganza del Moro de la escritora Aphra Behn.
Esta escritora, de soltera Aphra Amis, vivió en la segunda mitad del siglo XVII y tiene el honor de ser la primera mujer inglesa que se ganó la vida con sus novelas, dramas y poesías. Pero parece ser que también se dedicó a servir como agente secreto de la corte del rey Carlos II en Holanda y sus colonias. Vivió un tiempo en la Guayana Holandesa –actual Surinam-, donde en 1688 escribió su novela Oronooko, considerada como un importante antecedente de las novelas de viajes británicas, llenas de descripciones fantásticas y exóticas. Al poco tiempo de volver a Inglaterra, Aphra Amis se cansó de su ajetreada vida, casándose con Mister Behn, del que cogió el apellido con el que es más conocida. Se encuentra enterrada en la abadía de Westminster como pago por sus servicios a la corona. Una escritora excepcional de la que Virginia Wolf diría todas las mujeres deberían dejar flores en su tumba, pues fue ella quien ganó para ellas el derecho de expresar sus ideas.
La trama dramática de Abdelazer transcurre en la Reconquista de la Península Ibérica por los cristianos y narra los amoríos, las lealtades y las traiciones en los territorios de frontera. Aunque se había estrenado en 1676, Henry Purcell compuso la música para una reposición realizada diecinueve años más tarde, el mismo año de su muerte. Consta de una canción y algunos números instrumentales con escasa trascendencia en los programas anuales de conciertos. Sin embargo, entre ellos se encuentra un rondó que es conocido con el nombre de Rondó de Abdelazer, una pieza cuyo estribillo es un tema sobre el que Benjamin Britten compuso su célebre Variaciones y fuga sobre un tema de Purcell, una amena guía orquestal para jóvenes que constituye un auténtico e influyente hito en la didáctica de la música del siglo XX.
En otra ocasión hemos traído el Rondó de Abdelazer de Henry Purcell a estas páginas. Pero no queríamos dejar pasar la ocasión de deleitarnos nuevamente con él con una excepcional interpretación -desde San Francisco, con instrumentos originales de la época de Voices of Music, el grupo de música antigua más popular de los Estados Unidos.