Classical

Sonata VII, Las Siete Palabras. Joseph Haydn

Haydn compuso un concierto para la ciudad de Cádiz.

Hacia 1780 la fama de Haydn se extendía por toda Europa. El compositor, ya liberado de la obligación de trabajar exclusivamente para la familia Esterházy, compuso una buena colección de obras de encargo, como los cinco conciertos para lira para el rey Fernando IV de Nápoles, las seis sinfonías para la sociedad Concierto de la Logia Olímpica de París, y las Siete Últimas Palabras de Nuestro Salvador en la Cruz escritas para la Iglesia de Cádiz.

El propio Haydn explica las circunstancias del encargo en el prólogo a la edición impresa en Viena en marzo de 1801 de esta obra:

Hace aproximadamente quince años me pidió un canónigo de la catedral de Cádiz una obra instrumental sobre las siete frases pronunciadas por Jesús en la cruz. Durante la cuaresma era costumbre en Cádiz representar en la catedral un oratorio, y para dar mayor realce al espectáculo contribuían no pocos los diversos aditamentos y adornos. Se velaban, por ejemplo, las paredes, las vidrieras y las columnas de la iglesia con paños negros, y sólo la gran lámpara en el centro del templo iluminaba las sagradas tinieblas. A mediodía se cerraban todas las puertas y daba comienzo la música. Tras un preludio apropiado, el obispo subía al púlpito, pronunciaba una de las siete frases y hacía sobre ellas una meditación, para descender después del púlpito y postrarse delante del altar. Esta pausa era colmada por la música. Luego el obispo volvía a subir al pulpito y volvía a bajar... Mi composición debía adaptarse a este ritual.

Existen cuatro versiones de esta obra. Haydn probablemente la escribió en 1786 y al año siguiente publicó la obra en tres versiones, una primera para orquesta de cuerda, una segunda para cuarteto de cuerda, y una más para piano. La primera sería la que Haydn envió a Cádiz, donde se estrenaría en la Semana Santa de 1786, acogida con gran amor por los solicitantes. El mismo año la transformó en un oratorio para coro y orquesta, compuesta utilizando frases tomadas de los evangelios para celebrar la muerte de Cristo.

La bella composición se basa en una melodía austera y dolorosamente expresiva, en la línea del ceremonial sagrado para el que fue creada. En esta ocasión os dejamos con la Sonata VII, Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, interpretada por el cuarteto británico The Navarra String Quartet.