Classical

Sinfonía nº 3, Escocesa, 4º mov. Félix Mendelssohn

La afición a los viajes siempre ha inspirado a compositores como Mendelssohn.

En los catálogos de numerosos compositores es habitual encontrar obras que se han inspirado en los viajes que sus autores han realizado a tierras lejanas, exóticas y ajenas a la suya. El Cuarteto americano del checo Dvorák, la Jota aragonesa del ruso Glinka, la Sinfonía Oxford del austriaco Haydn, el Carnaval romano del francés Berlioz, Las ruinas de Atenas del alemán Beethoven o la Suite japonesa del inglés Holst son sólo seis ejemplos de una larga lista que viene a demostrar que los conocimientos adquiridos con los viajes inspiran e instruyen a quienes los realizan.

El acaudalado padre de Félix Mendelssohn procuró a sus tres hijos holgura material y un hogar cultivado, frecuentado por los intelectuales más notables de la época, entre otros el geógrafo Alexander von Humboldt, el poeta y ensayista Heinrich Heine y el filósofo Hegel. Con veinte años el joven Félix comenzó un periplo por Europa para dar a conocer su, ya por entonces, reconocido talento. En abril de 1829 visitó Londres en el primero de los diez viajes realizados a Inglaterra, y a los pocos días dirigió sus pasos hacia Escocia. Además de buen viajero, Mendelssohn era buen cronista y cultivaba el género epistolar, de forma que gracias a algunas de sus cartas sabemos el efecto que le produjo su viaje por Escocia:

Muchos escoceses salieron de la iglesia con sus trajes tradicionales, guiando a sus novias vestidas de domingo, mirando al mundo con miradas magníficas e importantes. Con largas barbas rojas, sus faldas de tartán, sus boinas y plumas, con las rodillas al aire y sus gaitas en la mano, pasaron en silencio por el gris castillo en ruinas…. ¿Qué más puedo decir? Tiempo y espacio se acaban, y todo debe terminar con este estribillo: ¡Qué amable es la gente de Edimburgo, y cuán generoso es el buen Dios!

El 30 de julio de 1829, Mendelssohn escribió …fuimos, al atardecer, al palacio de Holyrood donde vivió y amó la reina María. Hay un pequeño cuarto al que se llega por una escalera de caracol. Por ahí es por donde subieron y hallaron a Rizzio en el cuartito, lo sacaron arrastrando y, tres habitaciones más allá, en un oscuro rincón, lo mataron. La capilla adjunta ya no tiene techo y la hierba y la hiedra crecen en ella. Ante su estropeado altar, María fue coronada reina de Escocia. Todo está arruinado y lleno de moho, y se filtra la luz del sol. Creo que hoy hallé aquí el inicio de mi Sinfonía Escocesa.

Ese mismo día que visitó el palacio de Holyrood, Mendelssohn anotó los primeros compases del primer movimiento de su Sinfonía nº 3, Escocesa. Durante el viaje a Italia del año siguiente, el compositor también trabajó en la Escocesa mientras se inspiraba para la Sinfonía Italiana. Sin embargo, habrían de pasar doce años antes de que la partitura estuviera terminada. La sinfonía escocesa fue estrenada finalmente el 3 de marzo de 1842 dirigiendo el mismo a la famosa Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig.

En cualquier caso, sabemos que las inclinaciones de Mendelssohn hacia la simple imitación del folklore popular eran nulas y que su Sinfonía escocesa es tan alemana como la Sinfonía Italiana compuesta en 1833.