La misa de réquiem es un género cultivado por compositores de todas las épocas, pero quizás, el mejor y más bello ejemplo de los más de cien réquiems que se conocen sea el Réquiem en re menor KV 626 de Wolfgang Amadeus Mozart. El Réquiem es una misa de difuntos llamada así porque la palabra réquiem es la primera del Introito, el principio de la misa. Su autoría comúnmente se atribuye al biógrafo y amigo de San Francisco de Asís, Tomás de Celano, que vivió en la primera mitad del siglo XIII.
De su Requiem en re menor (KV 626), Wolfgang Amadeus Mozart dejó completa antes de morir el Introitus y había redactado gran parte de los 5 primeros movimientos de la Secuencia, es decir, Dies irae, Tuba mirum, Rex tremendae, Recordare y Confutatis, además de 8 compases del sexto movimiento, Lacrimosa. También dejó bosquejos avanzados del Offertorium. Por tanto, el Réquiem de Mozart es una obra inconclusa, existiendo varias versiones, aunque la más famosa es la de Süssmayr.
Rex tremendae majestatis
qui salvandos salvas gratis,
salva me fons pietatis!
Rey de majestad tremenda
a quienes salves será por tu gracia,
¡sálvame, fuente de piedad!