Classical

Qu'est-ce qui brille ainsi, au fond de l'eau?, Pelléas et Mélisande. Claude Debussy

Con Pelléas et Mélisande, Debussy introdujo una nueva visión y marcó un antes y un después en el mundo de la ópera.

El libreto de Pelléas et Mélisande, la única ópera que compuso Debussy, está basado en el drama homónimo del belga Maurice Maeterlinck, premio Nobel de Literatura de 1911. Debussy tardó seis años en acabar la obra a la que, con ayuda de Maeterlinck, sometió a una profunda modificación para adecuarla a la partitura. A la hora del estreno, Maeterlinck quiso imponer para el papel de Mélisande a la cantante Georgette Leblanc, su amante por entonces, encontrándose con la frontal oposición del compositor y de Albert Carré, director de la Opéra-Comique, teatro donde se estrenó la ópera en 1902. Después de amenazar con prohibir las representaciones e interponer un pleito, el 13 de Abril de 1902 el escritor publicó en Le Figaro un artículo en el que se consolaba afirmando ...despojado de todo control sobre mi obra, me veo reducido a desear que fracase rápida y estrepitosamente. Por más que le pese a Maeterlinck, la etérea soprano escocesa Mary Garden se adaptaba mejor a la imagen de la Mélisande-Beatrice pintada por Odilon Redon que la regordeta Leblanc.

A causa de aquella discusión, el estreno de Pelléas et Mélisande estuvo envuelto en serias dificultades. Acompañado de un bullicioso grupo, Maeterlinck se presentó en la parisina Opéra-Comique repartiendo pasquines y lanzando proclamas en contra de la representación. Pero no fue ese el único de los problemas pues, al igual que había ocurrido con la pintura, París se dividió entre partidarios y detractores de la ópera, una nueva batalla de la eterna guerra entre lo viejo y lo nuevo en el arte.

El argumento de Pelléas es muy sencillo. Basado en la trágica historia medieval de Paolo Malatesta y Francesca de Rimini, en el reino imaginario de Allemonde se monta un triángulo amoroso entre Pelléas, Golaud y Mélisande, dos hermanos atraídos por la misma mujer. Los conflictos que trata la obra son imperecederos y universales, temas tratados en todas las óperas anteriores y posteriores, amor, engaño, crueldad, violencia, demencia y muerte. Pelléas et Mélisande es la transposición del mito de Tristán e Isolda, un amor que se impone pese a las normas morales y que sólo en la muerte se realiza. Sin embargo, lo revolucionario de esta ópera no es el argumento en sí, sino el tratamiento que Debussy le dio, su lenguaje musical completamente nuevo. La trama transmite a la vez alegría y melancolía, brillo y oscuridad, sugiere los acontecimientos hasta que parecen que van a quedar resueltos, pero nunca se concretan. Simplemente la trama fluye en una sucesión de cinco actos cortos de desigual duración, mediados por interludios orquestales, con saltos temporales, frecuentes elipsis, ajena al realismo lineal y a la melodía tradicional, completamente diferente de la ópera de Monteverdi, Mozart, Puccini y, sobre todo, Wagner.

Pelléas et Mélisande es una ópera sin arias, cavaletas y marchas, sin agudos vocálicos ni movimientos virtuosos orquestales. La orquesta simplemente acaricia las palabras, las resalta, matiza, subraya, las modela en una aparente espontaneidad, la misma que se encuentra presente en su Prélude à l’après-midi d’un faune. Debussy quiso utilizar un texto ambivalente y abierto para expresar algo extremadamente personal sobre el misterio de la vida. Por eso eligió a Maeterlinck para escribir un libreto simbolista en el que las ideas se expresaban por símbolos en reemplazo de la expresión lineal. En vez de decir lo que quiere, dice algo distinto, pero reconocible aunque inexpresable e inmaterial.