Bach escribió un total de seis suites para violonchelo solo, todas muy recomendables, pero la primera es, sin duda, la más conocida y escuchada. El violonchelo había nacido en Italia hacia 1530 y durante el siglo XVII había tenido mucho éxito porque las características técnicas y sonoridad del nuevo instrumento superaba a las de la viola da gamba, y su ejecución mucho más fácil.
La forma suite se caracteriza por reunir cuatro movimientos cuyo origen son distintas danzas barrocas que siempre debe contener, una Allemande (alemana, lenta), una Courante (francesa, rápida), una Sarabanda (española, pausada) y una Giga (inglesa, rápida). Pero las suites de Bach, uno de los primeros compositores que compusieron para el nuevo instrumento, contienen seis danzas, porque les añadió un Preludio introductorio en cada Suite, además de una danza adicional entre la Sarabanda y la Giga que en el caso de las suites 1 y 2 fue un Minueto, en el de las suites 3 y4 un Bourrée y en el de las 5 y 6, una Gavota.
En esta ocasión la interpretación del Preludio de la suite para cello número 1, BWV 1007, corre a cargo del maestro Yo-Yo Ma., un virtuoso del violoncello de origen japonés.