Classical

Polonesa Op.1, nº1. Clara Schumann

Clara Wieck, a la que llamaban la Reina del Piano, podría haber prescindido del apellido de su marido y pasar a la historia por si misma como la gran compositora que era.

Durante los siglos XVI y XVII, entrar como cantor en una capilla musical fue el camino más utilizado para la formación musical de los niños, vía que durante mucho tiempo continuó vedada a las mujeres. Por ese motivo, su educación musical se reducía al ámbito familiar. Este es el caso de Clara Wieck, que a pesar de recibir una escasa educación general tuvo una refinada educación musical proporcionada por su padre, un reconocido maestro de piano que había planeado para ella una brillante carrera como concertista, vida que comenzó en la Gewandhaus de Leipzig cuando tenía nueve años y desarrolló durante sesenta años. La joven prodigio deslumbró a todas las personalidades ilustres de su época, entre ellos, por mencionar a algunos, Goethe y Paganini. Su padre pudo dirigir con mano de hierro su carrera hasta sus 19 años, edad con la que se casó con Robert Schumann después de una legendaria batalla en los tribunales con su padre que se negaba a consentir el matrimonio.

En esa época, Robert Schumann era un relativamente desconocido compositor mientras que Clara Wieck era una pianista de técnica magistral, espíritu poético y reputación internacional. En poco más de diez años tuvieron ocho hijos, factor decisivo a la hora de interrumpir las carreras profesionales de muchas mujeres. Sin embargo, estimulada por su marido que no podía quedar indiferente al talento de su esposa, Clara nunca dejó de de interpretar, componer y enseñar. Los dos escribían diarios con las reflexiones de las partituras que estudiaban, los libros que leían, las interpretaciones musicales que escuchaban, y se los intercambiaban. Ella arregló, ensayó y tocó como solista en los estrenos de muchas de las obras para piano de él. A través de las giras de concierto de Clara por toda Europa la obra de Robert Schumann se dio a conocer a toda Europa, donde la llamaban la Reina del Piano.

La vida de Clara Schumann no fue fácil. Perdió muy pronto a su madre, que se marchó con otro hombre a vivir la vida lejos de un marido déspota y cruel. Después luchó legalmente con su padre por casarse con un hombre al que quería y que representaba el prototipo del artista romántico. Pero la enfermedad mental y temprana muerte de su marido, la enfermedad de un hijo que fue internado en un hospital mental durante 40 años, y la pérdida de cuatro hijos más que murieron antes que ella, dejaron huella en su personalidad. Cuando Schumann murió en julio de 1856, comenzó de nuevo sus giras de concierto y trabajó sin descanso para sustentar a sus hijos y a sus nietos. Consagrada a la música de su marido, con la ayuda de su íntimo amigo Johannes Brahms, editó la versión autorizada de sus Obras Completas, preparó una edición didáctica de sus composiciones para piano y arregló y transcribió varias de sus obras para piano.