Classical

Mazurka, Coppélia. Leo Delibes

Coppélia es el único de los grandes ballets que jamás ha desaparecido del cartel de la Ópera.

Coppélia o la chica con ojos de esmalte es un ballet en dos actos y tres escenas que se estrenó en el Teatro Imperial de la Ópera de la Rue Le Peletier de París el 25 de mayo de 1870 en presencia del emperador Napoleón III. Basada en el cuento de E.T.A Hoffmann El hombre de la arena, sus libretistas, Nuitte y Saint-Léon, eliminaron las aristas más dramáticas y morbosas del cuento de Hoffmann, un universo oscuro donde un personaje tenebroso, el siniestro Doctor Coppélius, extrae los ojos de los vivos para trasladarlos a los muñecos autómatas que construía y así emular la creación divina, dándole vida a lo inerte.

Nuitte y Saint-Léon prefirieron hacerle pasar por un viejo artesano, simpático y extravagante, una especie de tierno Papá Geppetto que construye, sin más, hermosos mecanismos. También traslada la acción a Galizia, la región centroeuropea donde el folklore de polacos, ucranianos, húngaros y gitanos crean un espectáculo alegre, dinámico y lleno de color que forma el marco ideal para un ballet compuesto con un amable repertorio de mazurcas, czardas y valses de enorme dificultad. La simplicidad e ingenuidad del argumento resultante fue así compensada con la alta calidad de la partitura que se convierte en un simple pretexto para la danza.

Coppélia es un ballet-comedia que gusta a todo el mundo pero sobre la que pesa una maldición. A los pocos días del estreno Saint-Léon murió de un infarto. A los tres meses, a consecuencia de la guerra franco-prusiana, moría de hambre Giuseppina Bozzachi, la primera Swanilda. Otros muchos actores morirían por la epidemia de viruela que asoló París.