Classical

Les Barricades Mystérieuses. François Couperin

Una melodía repetitiva marca una pieza que te emociona y engancha por su misterio y melancolía.

Al igual que los Bach, el francés François Couperin es el miembro más ilustre de una familia de músicos. Con una gran cantidad de música coral y de cámara, además realizó una importante contribución a la teoría musical con la composición de cuatro libros de piezas para clave, subdivididos en Ordres – suites, en francés- con títulos incomprensibles como Oscuridad, Mariposas, Las góndolas de Delos o Las barricadas misteriosas, una de las piezas más hermosa, elegante, asombrosa e inolvidable del vasto repertorio para clave del barroco francés.

El bello rondó Les barícades mistérieuses es la quinta pieza del Sexto Ordre incluido en el Libro segundo de L'art de toucher le clavecín, escrito por François Couperin en 1716 y publicado al año siguiente. Con respecto a lo misterioso y original del título, algunos sostienen la hipótesis de que al tocar el teclado, las manos trazan líneas horizontales y verticales que evocarían una barricada, abriéndose paso la melodía  a través de ese entramado. Otros defienden que lo tomó del Tartufo de Moliere, y se refiere a las pestañas de las mujeres.

Sea su origen el que sea, está considerado el más grande teclista de su tiempo y el máximo representante de la música para clave del barroco francés, por algo le llaman Couperin le Grand.  Sus piezas de clave tienen en común la síntesis de los estilos francés e italiano, el predominio de los aires de danza y una marcada tendencia al descriptivismo. Una emotiva aunque indescifrable pieza continúa emocionando trescientos años después de ser compuesta sea interpretada al clave, al piano, al laud o, como en este caso, a la guitarra.