Classical

If Music be the food of love. Henry Purcell

En sus 36 años de vida, Purcell compuso infinidad de piezas para ser cantadas.

Un héroe puede aparecer en cualquier periodo, pero del calibre de Purcell, solo hay uno por milenio.

Henry Hall, poeta y organista contemporáneo de Purcell.

El polifacético y prolífico Henry Purcell fue autor de una sola ópera -Dido y Eneas-, pero en realidad su producción para teatro acompañó toda su carrera, en especial desde que en 1677 fuera elegido para sustituir al recién fallecido Matthew Locke como compositor numerario de violín... con salario, lo que le exigía escribir danzas y arias para su majestad.

En su corta vida, Purcell compuso tanto música instrumental como para voz, llegando a componer más de 150 obras sacras además de otras 100 canciones laicas, 40 piezas de música de cámara, cuatro semióperas, 25 odas y canciones de bienvenida y 150 piezas para más de 40 obras teatrales, además de su Dido. No sería hasta 1680 con el auge de la música italiana –cuya influencia pudo conocer a través de su maestro Matteis-, cuando su posición oficial mejoró y su talento empezó a ser reconocido como el del mas brillante autor de la Inglaterra de la época, el deleite de la nación. Fue entonces cuando su fama como compositor de música para teatro – en espectáculos típicamente británicos compuestos por oratoria y canto llamados semióperas - se afianzó y diversificó, componiendo canciones, danzas y sinfonías para comedias y tragedias de Thomas d’Urfey, Edward Ravenscroft o Nahum Tate, quien posteriormente sería el libretista de Dido y Eneas.

If music be the food of love - Si la música es el alimento del amor- es una de las populares de esas más de cien canciones laicas de Henry Purcell. Aunque su primera estrofa coincide con la famosa frase que el poderoso duque Orsino de Iliria recita mientras suspira por Lady Olivia en la comedia Noche de Reyes de Shakespeare, el texto completo es del coronel y parlamentario Henry Heveningham, que convierte el tema en una provocación mediante el doble sentido de palabras como wound –penetrar y herir- y perish –aplacentarse y perecer-. Acompañando a una música refinada y luminosa con igual multiplicidad de matices que el texto, que dice...

Si la música es el alimento del amor, sigue cantando hasta que esté rebosante de dicha; porque en mi alma, al escuchar, infundes placeres que no pueden nunca empalagar, tus ojos, tu semblante, tu lengua proclaman que tú eres música por doquier.

Los placeres invaden ojos y oídos, tan eros son los éxtasis que hieren, y todos mis sentidos son agasajados, si bien el banquete es sólo sonoro. Pereceré a buen seguro con tus encantos a menos que me salves en tus brazos.