Classical

Gymnopédie n°1. Erik Satie

Monsieur Satie, uno de los más grandes e influyentes genios de la música y el más burlón.

En una entrada anterior sobre Erik Satie dejábamos muestra de nuestra más profunda admiración por él y lo calificábamos como uno de los grandes genios de la historia de la música y uno de los que más han influido en la música ambient contemporánea.

Además de su gusto por el minimalismo, el serialismo y el impresionismo musical poseía un gran don, el de crispar a sus colegas académicos. Y no sólo por desafiar premeditadamente muchas de las reglas de la música clásica y haberse dedicado gran parte de su vida al teatro del absurdo y la música de cabaret, algo no muy bien visto para un músico romántico, sino porque monsieur Satie poseía un espíritu bastante burlón y epatante. Así, parece ser que le excitaba introducir en sus partituras originales comentarios e instrucciones manuscritas desconcertantes del tipo para tocar este pasaje es conveniente ejercer una fuerza telepática, o debe evocar una danza espartana de hombres y niños desnudos. Este último es precisamente el que aparece en la partitura original de la Gymnopedie nº 1, que le acarreó una acusación de pederastia.

En cualquier caso, además de que nos gusta su carácter socarrón y que hoy no entendemos que esos comentarios sean obra de un enfermo sino de un simple provocateur, muy inteligente, eso si, nos encanta la ligereza y elegancia de sus piezas y la emoción que trasmiten. Y por eso es uno de nuestros grandes favoritos.