Giovanni Bottesini nació en Crema, un pequeño pueblo a mitad del camino entre Milán y Cremona. Gracias a su precoz talento al contrabajo y la influencia de su padre, un experimentado clarinetista, Giovanni pudo abandonar el conservatorio de Milán a los pocos años de haber ingresado para debutar profesionalmente en busca de fama y fortuna. Para sus recitales, Bottesini compuso un gran número de conciertos, duetos, fantasías, divertimentos y variaciones para el exiguo repertorio de contrabajo solista, instrumento al que se dedicó porque al inscribirse en el conservatorio las únicas dos becas que quedaban eran para contrabajo y para fagot. Sin embargo, alcanzó tal virtuosismo con el instrumento que algunos críticos no dudaron en definirlo como el Paganini del contrabajo.
Bottesini conoció a Giuseppe Verdi en su época como contrabajista principal del Teatro San Benedetto y trabaron una buena amistad. Años más tarde, Verdi recomendaría a Bottesini para el puesto de director del Conservatorio de Parma. Además de contrabajista y compositor, Bottesini compuso una docena de óperas y destacó como director de óperas y conciertos sinfónicos, facultad que le permitió dirigir el estreno absoluto de la ópera Aída de Verdi, estrenada en El Cairo el día de Nochebuena de 1871.
Como Paganini y como otros instrumentistas virtuosos, Bottesini aportó muchos avances técnicos en la ejecución del contrabajo, avances que se encuentran recopilados en su Método completo para contrabajo. Además, consiguió componer un montón de música para contrabajo sin restar protagonismo a otros instrumentos que en su caso acompañaban al contrabajo. El Gran Duo Concertante para violín y contrabajo de Giovanni Bottesini se conoce en versión para violín, contrabajo y orquesta, en versión para clarinete, contrabajo y orquesta -o piano-, como Concierto para dos contrabajos y en esta versión que hoy os traemos para violín, contrabajo y piano con Ingerine Dahl al violín, Igor Eliseev al contrabajo e Ida Mo al piano.