Classical

Gnomus, Cuadros para una exposición. Modest Mussorgsky

El lenguaje utilizado por el compositor logra comunicar de una manera clara el ser espiritual de cada cuadro.

Modest Petróvich Mussorgsky compuso Cuadros para una exposición después de una profunda depresión, inspirado por la exposición póstuma de diez pinturas y escritos de su gran amigo el pintor y arquitecto Viktor Alexandrovich Hartmann, fallecido a los 39 años de edad. La suite consta de diez movimientos, cada uno haciendo referencia, o retratando a un cuadro distinto del pintor. El primero de los cuadros de Hartmann que conformaban aquella exposición llevaba por título Gnomos, cuadro que un representaba a un gnomo, criatura grotesca y malvada que alarga con pasos torpes sus piernas retorcidas.

Mussorgsky fue toda una revolución para la música rusa, ya que él junto al conocido como El Gran Puñado o Grupo de los Cinco -Balakirev, Rimski-Kórsakov, Bordodín, Cui y el propio Mussorsgky- empezaron a gestar la creación de un estilo musical académico esencialmente ruso. Esto llevó a que se empezaran a usar armonías y recursos que eran casi inconcebibles dentro de la tradición alemana que había dominado la música europea en los últimos siglos.

Cuadros de una exposición es la gran obra de Mussorgsky, aunque, una vez más, su esfuerzo no se vio compensado en vida porque se publicó tras cinco años de su muerte. Compuesta exclusivamente para piano, fue Maurice Ravel quien tomó la obra de Mussorgsky y la orquestó. De hecho, pese a que la adaptación es muy fiel, todas las adaptaciones que escuchemos de Cuadros de una exposición estarán basadas en el arreglo de Ravel.