Classical

Et resurrexit. Johann Sebastian Bach

A través de esta misa podemos descubrir toda la biografía musical del gran maestro alemán.

Pocas certezas existen alrededor de esta obra ni porqué Johann Sebastian Bach la compuso. De lo que sí están absolutamente seguros es que no fue un encargo, y por lo tanto, no recibió retribución económica alguna. Así, para un hombre muy piadoso y acostumbrado a componer sólo por obligación, esta Misa puede responder a un impulso reflexivo sobre las prácticas musicales de toda su vida. Según cuentan sus biógrafos, durante 25 años Bach dedicó distintos periodos para seleccionar, revisar y agrupar diversos escritos de años anteriores y a componer nuevos números con el propósito de completar la música para esta liturgia que rememora el sacrificio de Jesucristo.

Basada en el texto de la Misa Católica Romana en latín, la Misa en Si menor BWV 232 de Johann Sebastian Bach consta de cuatro grandes secciones, divididas en veintiséis números, varios de ellos provenientes de obras anteriores, práctica usual desde el Renacimiento. No por casualidad, el centro de esta magna obra lo ocupa el Crucifixus y Et resurrexit, eje alrededor del cual gira la obra y corazón de la fe, pues la Crucifixión de Cristo y su Resurrección es el símbolo de la liberación del pecado sobre el que se cimenta toda la doctrina cristiana. Que Dios ha resucitado y ha ascendido a los cielos se nota por el movimiento ascendente y el bullicio producido por todos los instrumentos y el coro, que cantan y tocan todos juntos, jubilosos, la Resurrección y la Ascensión.

Bach nunca tuvo la oportunidad de escuchar la ejecución de la Misa en Si menor, ni siquiera de ensayarla. Quizás no quiso sacarla de la tranquilidad de su estudio y por eso se estrenó en 1835, ochenta y cinco años después de su muerte.