Classical

Entrée et danse des Zéphyrs, Atys. Jean Baptiste Lully

Fue conocida como la ópera del rey, porque el monarca se identificaba con ese Atys insensible al amor.

El florentino Giovanni Battista Lulli pronto adaptó su nombre al francés y puso todo su talento como actor, bailarín, compositor e instrumentista al servicio del Rey de Francia. Siguiendo los gustos de la época, sus obras para la escena están basadas en temas mitológicos, con escenas bucólicas y pastoriles donde se habla del amor, la juventud, la pasión, la venganza y la muerte. Pero Lully no sólo se adaptó a los gustos del público sino que estableció un género musical genuinamente francés que se alejaba de la tradición operística de moda en el resto de Europa, la ópera italiana.

Esta nueva tradición operística concebida hacia 1670 por Lully y su libretista Philippe Quinault nació de la inteligente combinación de dos elementos íntimamente ligados a Francia, el teatro de los grandes dramaturgos Corneille, Racine y Molière y el ballet que tanto amaba Luis XIV. La llamaron tragédies lyriques o tragédies en musique y esencialmente se diferenciaba de la ópera italiana en que la tragédie se concebía como un elaborado espectáculo, más completo en el que tanto el texto, las voces, la música, el vestuario y los decorados tenía la misma importancia.

Atys es una tragédie en musique con prólogo y cinco actos de Jean-Baptiste Lully y con libreto en francés de Philippe Quinault, basado en el poema Fastos de Ovidio. Fue estrenada el 10 de enero de 1676 por la Académie royale de musique en la corte real de Saint-Germain-en-Laye. El argumento gira alrededor de Atys, que para no sufrir renuncia al amor. Sin embargo, ama a Sangaride, prometida de Celenus, rey de Frigia. La diosa Cibeles sume a Atys en un profundo sueño en el que le hace saber su amor. Sangaride, ya casada, implora a Cibeles que anule su matrimonio con Celenus, porque también ella ama a Atys. Celosa ante las promesas que se intercambian los dos amantes, Cibeles actúa, hace enloquecer a Atys y mata a Sangaride creyendo estar ante un monstruo. Recuperada la razón, Atys intenta suicidarse, pero Cibeles lo impide transformándolo en un pino.

Aunque fue acogida con total indiferencia por los parisinos, llegó a ser conocida como la ópera del rey, según cuentan porque el perfil psicológico del monarca, insensible al amor, se identificaba con Atys, porque Cibeles se parecía mucho a la Reina María Teresa de Austria y porque posiblemente el pueblo identificava a Sangaride con Madame de Maintenon, con quien contrajo matrimonio morganático después de enviudar a los siete años de estrenada la obra.