El Cazador Furtivo es una ópera romántica en tres actos del compositor Carl Maria von Weber, en colaboración con el libretista Friedrich Kind. El libreto está inspirado por uno de los cuentos tradicionales del romanticismo gótico alemán recopilados en Das Gespenstersbuch, El Libro de los Fantasmas. El argumento de la ópera, algo dulcificado respecto al cuento, presenta a Max, un joven impetuoso que tras perder en un certamen de tiro se alía con el villano Caspar y el diablo Samiel. Su propósito no es sólo ganar el próximo concurso y conseguir el trabajo de guardabosques prometido sino conseguir el amor de Agathe, la hija del guardabosques actual.
Carl Maria von Weber es uno de esos compositores que aparecen ensombrecidos por vivir en una época iluminada por otros músicos contemporáneos, en este caso, Ludwig van Beethoven y Franz Schubert. Sin embargo, Weber fue un virtuoso pianista y director de orquesta cuya fama lo llevó a realizar numerosas giras por toda Europa. Como compositor fue una de las principales figuras del primer romanticismo alemán, y tuvo una notable influencia en varios románticos de la talla de Franz Liszt, Felix Mendelssohn, Hector Berlioz y, a través de esta ópera, Richard Wagner.
Der Freischütz J 277 -El cazador furtivo- nace de un encargo del conde Brühl, intendente de los teatros reales de Prusia, con el interés de contrarrestar la corriente italianizante en la ópera alemana de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Estrenada el 1821, la obra fue un éxito y cumplió el propósito para la que fue encargada, pues se la cita como el génesis de la ópera nacionalista alemana y principio del camino que luego andaría Wagner como máximo representante operístico de la Nueva escuela alemana. Entre otras cosas por esta magistral y completa obertura, un resumen orquestal a modo de popurrí de los motivos que se irán desarrollando en la partitura que prepara al público y lo introduce en la acción que se va a desarrollar, antes de que se levante el telón.