Classical

Dueto de las flores, Lakmé. Léo Delibes

Lakmé está considerada como uno de los mayores tesoros culturales de Francia.

Aunque escribió varias óperas, Lakmé es la única ópera relevante del compositor francés Léo Delibes (1836-1891), quizás porque ha sido la única que no ha sucumbido bajo el éxito de su obra maestra, el ballet Coppelia. Lakmé es una ópera que cautiva gracias al talento de Pierre Loti, el dramaturgo que creó la obra  de teatro original, al ingenio de Edmond Gondinet para adaptar el argumento al formato operístico, y, sobre todo, de la extraordinaria genialidad del compositor.

La acción de la exótica trama transcurre en la India decimonónica colonizada por los británicos, y narra la historia de un amor clandestino entre Lakmé, sacerdotisa de Brahma e hija de Nilakantha, principal sacerdote del templo y Gerald, un oficial inglés. Ambos se conocen casualmente y se enamoran al instante. Pero que lo hicieran en el templo, Nilakantha lo toma como una profanación, por lo que se propone vengar la afrenta. Después de varias vicisitudes, un apuñalamiento y el recordatorio de los deberes y obligaciones que Gerald tiene con la patria, Lakmé se da cuenta de que su amor no puede ser correspondido y se suicida.

En Lakmé destacan dos arias por su extremada dificultad técnica, el Aria de las Campanas y este célebre Dueto de las Flores, Viens, Mallika - vienes, Mallika – del acto I, en el que Lakmé, ayudada por su sierva Mallika, recoge flores de loto azul para ofrecerlas a Ganeza poco tiempo antes de conocer al que será su amado. Muy conocido por películas, series de TV y anuncios, pero es posible que sea el duelo más bello que existe entre una soprano y una mezzosoprano.

Bajo la bóveda frondosa,
donde el blanco jazmín se entrelaza a la rosa.
En la ribera florecida que sonríe a la mañana
deslicémonos suavemente en sus cautivadoras aguas.
 Sigamos la corriente huidiza
en la onda que una mano indolente estremece.
Ven, ganemos la orilla
 donde el manantial duerme y el pájaro, el pájaro canta.
Bajo la bóveda frondosa donde el blanco jazmín,
¡ah, descendamos juntas!