Classical

Danza Eslava nº 3, Opus 46. Antonín Dvorak

El famoso compositor checo era amigo de Brahms, que le presentó al prestigioso editor musical Simrock.

Como otros muchos compositores de marcada influencia nacionalista, la música de Antonín Dvorak llama a la rebelión, al combate, a la independencia de la patria, pequeñas naciones subyugadas por los grandes imperios decimonónicos. Generalmente a través del uso de melodías, ritmos y armonías inspirados en la música folklorica que, en el caso de la República Checa, se materializó cuando en 1848 estalló en Praga la sublevación contra el Imperio Austro-húngaro.

Bajo esta atmósfera nacionalista, Dvorak escribió un grupo de ocho piezas bajo el título de Danzas Eslavas opus 46. Se las encargó Simrock, el prestigioso editor que vió en el compositor checo una oportunidad para renovar el éxito obtenido hacía algunos años con las Danzas Eslavas de Brahms. Y como fueron muy bien acogidas, años después acordaron repetir con la ampliación a otro grupo de ocho piezas que denominaron Danzas Eslavas opus 72. Ambas obras fueron escritas originalmente para piano, aunque el propio compositor checo hizo los arreglos necesarios para adaptarlas a su versión orquestal.

Una vez más, hasta que las conozcamos todas, os proponemos que escuchéis la Danza Eslava nº 3 opus 46, de nombre vernáculo Polka, como la propuesta de la semana pasada, en un concierto de la Orquesta Filarmónica de Israel dirigida por Wolfgang Sawallisch.