Classical

Concierto para violín, Op. 35. Piotr Ilich Tchaikovsky

El éxito de un concierto cuyo estreno pareció estar gafado.

Tchaikovsky compuso el Concierto para violín y orquesta en re mayor, Op. 35 durante una estancia en Suiza en la primavera de 1878. Para componer determinadas partes le pidió ayuda a un compatriota, el virtuoso violinista ruso Joseph Kotek. Una vez terminada, Tchaikovsky deseó que el estreno lo realizase un violinista de renombre, pero todos aquellos a los que se lo propuso, rehusaron, incluido el propio Kotek.

Finalmente, fue Adolph Brodski quién se comprometió a estrenar la obra como solista, aunque no sin antes hacerle saber al compositor que la obra no le gustaba. En este estado de cosas, Piotr Ilich Tchaikovsky se aventuró a estrenar el Concierto para violín, Op. 35 el 4 de diciembre de 1881 en Viena, con Hans Richter dirigiendo la Filarmónica de la ciudad. Las críticas no se hicieron esperar. Al día siguiente, el temido crítico vienés Hanslick publicaba... Chaikovski no conoce el gusto ni la discriminación. Vemos claramente los rostros salvajemente vulgares, oímos maldiciones, olemos el vodka... nos da por primera vez la horrorosa sensación de que puede haber música que apesta al oído. Otro crítico, Helm, escribió...es una acumulación de discordancias, clímaxes confusos y trivialidades disfrazadas, cubiertas con la bandera nacional del más bárbaro nihilismo ruso.

Pero el gusto de los refinados críticos vieneses y su rechazo a todo lo que oliera a ruso es una cosa y el gusto del público otra, y éste terminó dándole la razón a Tchaikovsky, siendo, junto al de Mendelssohn y Beethoven, uno de los conciertos para violín más populares de la historia de la música clásica.