Classical

Cinco bucólicas, Allegretto sostenuto. Witold Lutoslawski

Es una de las figuras fundamentales del renacimiento musical polaco en el siglo XX.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el compositor Witold Lutoslawski tuvo que ganarse la vida tocando el piano en locales públicos, algunos de dudosa categoría. Son años en los que los dirigentes culturales del gobierno comunista polaco favorecían la música de inspiración popular, algo que él rechazaba, a pesar de que sus primeros trabajos estuvieron marcados por una clara influencia del folklore de su país. Aparte de las composiciones que tenía que realizar para vivir, durante los años que vivió bajo el régimen socialista comenzó a experimentar buscando un nuevo lenguaje, un lenguaje propio del tiempo que vivía. Pero estas composiciones estuvieron todavía mucho más tiempo prohibidas bajo la acusación de que la música de Lutoslawski sólo era accesible a las élites.

Sin embargo, el músico continuó componiendo un buen número de obras directas y sencillas a partir de elementos folklóricos, una forma de componer más característica de las corrientes nacionalistas de la primera mitad del siglo XX que de la modernidad con la que estaba comprometido. Tal es el caso, por ejemplo, de la Pequeña suite o de las Cinco bucólicas, obras aparentemente menores pero que no desentonan en la trayectoria del compositor tomándolas como ensayos a proyectos de mayor envergadura, auténticas obras maestras como el Concierto para orquesta o el Concierto para violoncelo.

El prestigio de Lutoslawski como compositor pronto comenzó a difundirse por el mundo, y en poco tiempo se convirtió en una de las figuras fundamentales del notable renacimiento musical polaco del siglo XX, junto a otros notables compositores como Penderecki o Górecki. Toda una trayectoria que lo llevó a dar conferencias, talleres y seminarios por toda Europa Occidental y los Estados Unidos, y por la que obtuvo gran cantidad de premios internacionales, incluyendo la de caballero de la Orden del Águila Blanca, la mayor distinción de su país.

Las Bucólicas para Viola y violonchelo son cinco breves piezas sencillas, frescas, directas, ingeniosas y rítmicas compuestas en 1952 para piano solo, basadas en melodías recogidas del folklore polaco. Fueron estrenadas por el propio compositor en Varsovia en diciembre del año siguiente. El segundo de sus cinco movimientos - Allegretto sostenuto - es el elegido hoy, interpretado por Santiago Cantó a la viola y Rafal Jezierski al cello.