Classical

Capriccio nº 24. Nicolò Paganini

Constituye la cumbre de la técnica violinística de la primera mitad del siglo XIX.

Aunque escribió mucha música de cámara y conciertos, el genovés Nicolò Paganini compuso, entre los años de 1801 y 1807, su célebre colección de 24 Caprichos para violín, Op. 1, obra con la que inaugura la técnica violinística moderna y la que lo convierte en una de los violinistas más famosos de la historia. Desde entonces, ha tenido una enorme influencia, no sólo entre los violinistas –que aún hoy la siguen considerando su biblia-, sino en todos aquellos compositores que, como los pianistas, intentaron imitar su virtuosismo técnico.

Aunque inspirados en L'arte del violino compuesto por Pietro Locatelli en 1733, Paganini reinventa el género del Capriccio y lo convierte en la breve pieza de imaginativa musicalidad y ambiciosa técnica que es hoy.

El Capricho número 24 en La menor es un tema con variaciones que ha dado origen a varias obras de renombrados compositores como la Grande Fantaisie de bravoure sur La Clochette (1834) y los Grandes Études de Paganini (1838) de Franz Liszt, las Variaciones sobre un tema de Paganini op. 35 (1863) de Johannes Brahms, la impresionante Rapsodia sobre un tema de Paganini op. 43 (1934) de Serguei Rachmaninov o las Variaciones sobre un tema de Paganini (1941) de Witold Roman Lutoslawski. Por todo ello, Paganini es el paradigma del virtuoso romántico, hombre de una personalidad apasionada y músico de extraordinaria agilidad. Aunque otros compositores contemporáneos, posiblemente menos dotados para la música que los anteriores, extendieran la creencia de que su altísima técnica e inventiva debía ser obra del mismísimo diablo.