Classical

Can She Excuse My Wrongs. John Dowland

Dowland fue el compositor de música instrumental más innovador que dio la Inglaterra de su época y uno de los laudistas mejor dotados de toda Europa.

En las postrimerías del Renacimiento, Isabel I Reina de Inglaterra apoyó decididamente las artes, y entre ellas en especial la música y la danza, por las que sentía verdadera pasión. Excelente interprete de laúd y virginal, la hija menor de Enrique VIII y Ana Bolena era también mecenas de las artes y protectora de artistas tan dotados y fecundos como Thomas Tallis, William Byrd, Orlando Gibbons o Anthony Holborne. Sin embargo, la reina que tenía recogidos bajo su manto a más de 70 músicos jamás llamó a a la corte al compositor y laudista más innovador y famoso de su tiempo, John Dowland.

De John Dowland se pueden asegurar dos cosas. La primera es que de su infancia se sabe tan poco que aún existen dudas de dónde nació, en Londres o en Dublín, y en qué año, 1562 o 1563. La otra es que desde muy joven comenzó a viajar por Europa, primero a París, donde estuvo al servicio de Sir Henry Cobham, embajador de Inglaterra ante la corte de Francia. También estuvo al servicio del conde de Hesse y del duque de Brunswick, con el que viajó a Italia donde conoció el intenso desarrollo musical que entorno al laud se estaba produciendo, y desde 1598 trabajó como músico en la corte de Christian IV de Dinamarca. Gracias a sus continuos viajes por Europa al servicio de distintos nobles, su obra se difundió con enorme rapidez. En 1606, volvió a Inglaterra y seis años después obtuvo su anhelado puesto como laudista en la corte Jacobo I de Inglaterra.

Se desconoce con seguridad cuales fueron los motivos, pero una de las hipótesis que se barajan es la de su incapacidad como católico -religión que había abrazado en Francia- de conseguir un trabajo con las Leyes de Uniformidad y de Recusantes vigentes en la corte protestante de Isabel I, que como soberana de Inglaterra era la cabeza de la Iglesia Anglicana y veía a los católicos como traidores desde que así lo decidiese su padre Enrique VIII. Otra hipótesis es la de su mal carácter genético. En cualquier caso, un posible destierro de la corte marcó su vida para siempre, una vida de desarraigo y frustración gobernada por un estado de ánimo de insatisfacción permanente y altibajos emocionales que se habrían proyectado en sus bellísimas aunque tristes canciones.

Dowland escribió 87 canciones para voz y laúd, una de las cuales es Can She Excuse My Wrongs, recogida en su First Booke of Songes de 1597. Esta pieza es una gallarda sobre un texto de corte petrarquista atribuido a Robert Devereux, segundo Conde de Essex, que consta de tres secciones repetidas, siendo la última de ellas una célebre balada de principios del siglo XVI que dice así:

Can she excuse my wrongs whith Virtue's cloak?
Shall I call her good when she proves unkind?
Are those clear fires which vanish into smoke?
Must I praise the leaves where no fruit Ifind?
No no: Where shadows do for bodies stand,
Thou may'st be abus'd if thy sight be dim.
Cold love is like to words wrietten on sand,
Or to bubbles which on the water swim.
Wilt thou be thus abuse still,
Seeing that she will right thee never?
If thou canst not o'ercome her will,
Thy love be thus fruitless ever.
 

Was I so base, that I might not aspire
Unto those high joys which she holds from me?
As they are high, so high is my desire:
If she this deny, what can granted be?
If she will yield to that which Reason is,
It is Reason's will that Love should be just.
Dear make me happy still by granting this,
Or cut off delays if that I die must.
Better a thousand times to die,
Than for to live thus still tormented.
Dear, but remember it was I
Who for thy sake did die contented.