Classical

Air pour Madame la Dauphine, Idylle Sur La Paix. Jean-Baptiste Lully

Aunque Voltaire dijera que no le enseñaron más que a tocar la guitarra y a bailar ballet, Luís XIV fue tan gran artista como jefe de Estado.

Entre otras cosas, del rey Luís XIV de Francia sabemos que fue un magnífico bailarín, un apasionado de la danza a la que se consagró con virtuosismo profesional. Su primer acto de gobierno fue la fundación de la Academia Real de la Danza, donde se creó el lenguaje codificado que dio lugar a las cinco posiciones de Pierre Beauchamps que todavía hoy constituyen la base del ballet expresado, por supuesto, en francés.

Pero además de satisfacer su pasión, la fundación de la Academia Real de la Danza tiene un componente ideológico y político. Al igual que la arquitectura y la jardinería de Versalles o la música de Lully, la danza encarna la armonía universal y tienen un papel político que representar en manos del rey, convirtiéndose en uno más de los instrumentos de representación e irradiación del papel que Francia debía jugar en Europa. De alguien que dijo el estado soy yo se espera que asuma el rol principal, convirtiendo el ballet de cour - el ballet cortesano, que hasta entonces había sido la actividad aristocrática por excelencia- en ballet royal. Despojados de todo protagonismo, los nobles se someten al papel de meros acompañantes, simples astros alrededor del Rey Sol, sujetos a una puesta en escena intrínsecamente textual y a una ortografía física precisa y geométrica, donde en cada paso se manifiesta y se enfatiza el poder absolutista del rey. Como bien ordena Lully a sus músicos en la escena de Le Roi Danse de Gérard Corbiau, brindad la más bella música al dios Júpiter, señor del universo.

Escrito en 1685 por Jean-Baptiste Lully en colaboración con el dramaturgo Jean Racine, Idylle Sur La Paix fue escrita con motivo de la visita de Luis XIV a las propiedades del marqués de Colbert, primer Secretario de Marina de la corte de Luís XIV, en reconocimiento de los éxitos militares cosechados. Hay un consenso general en considerar a este poema lírico como una de las composiciones más logradas de Lully, aunque tanto interés puede partir de su intento por recobrar el afecto y el favor del rey, enfriado por el escandalo causado después de descubrirse la relación del compositor con uno de sus pajes.