Hemos comenzado el verano hablando largo y tendido sobre viajes a la luna y no porque estuviésemos leyendo a HG Wells ni a Julio Verne (lecturas por cierto la mar de recomendadas para estas vacaciones...) sino porque se cumplían 50 años de la llegada del hombre a la luna; Neil Amstrong fue el primero en poner el pie en nuestro satélite y lo hizo regalándonos una de esas frases que han quedado para la historia: un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad; como curiosidad, hemos recordado también que Madrid fue el primer lugar de la tierra donde se oyó esa frase, en la estación espacial que la NASA tenía en Fresnedillas de la Sierra y, por supuesto, nosotros no podemos olvidar que el bueno de Amstrong olvidó su Omega en la nave antes de pisar la luna, no así Aldrin, que fue el segundo hombre en pisar la luna (minutos después que Amstrong) y lo hizo con su Omega en la muñeca.
Todas estas evocaciones y recuerdos nos han llevado a soñar con viajes a la luna y al espacio y gentes como Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson nos han recordado que ellos ya están trabajando para que el turismo espacial sea una realidad antes de lo que pensamos. La pregunta es ¿piensas viajar a la luna con tu vieja maleta? ¡olvídalo!. Hoy te presentamos la primera maleta pensada para viajar al espacio, se llama Zero-G (por aquello de la gravedad cero) y la ha diseñado la firma Horizn Studios en colaboración con Alyssa Carson, la astronauta más joven del mundo.
Zero-G es smart lugage (equipaje inteligente) en toda regla: su estructura es de fibra de carbono mejorada con grafeno, lo que la convierte en la maleta más flexible, robusta y ligera del mundo; su base es electromagnética, lo que le permite fijarse al suelo o las paredes de la nave para evitar sustos cuando llegue el momento de la gravedad cero; además cuenta con correas extensibles para que se pueda llevar no sólo como una pequeña maleta sino como una mochila.
Con esta maleta podrás cargar tus dispositivos electrónicos de forma inalámbrica, incorpora una pantalla inteligente para permitir a los viajeros mantenerse en contacto con la tierra e incluso enviar videos y, por aquello de la seguridad, permite al usuario desbloquearla con el reconocimiento de huellas dactilares.
Y eso no es todo, Zero-G cuenta además con una función de vacío para optimizar al máximo su espacio y gracias a los iones de plata dispone de una función bacteriostática que neutraliza los gérmenes y el olor en la ropa. ¿Se puede pedir más? sólo se nos ocurre una cosa... probarla en un vuelo espacial.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5