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Viena suena bien. II

“Viena suena bien” es la nueva campaña lanzada en España por la Oficina de Turismo de Viena para redescubrir la ciudad como capital de tendencia.

Como lo prometido es deuda, continuamos con nuestro recorrido por los ambientes más chic de esta ciudad única. Y digo única porque esa mezcla tan heterogénea entre la antigua solemnidad imperial y el espíritu urbano y multicultural actual sólo puede darse en un lugar donde la vanguardia es capaz de convivir con esa pizca de autenticidad histórica que sigue impregnando Viena.

Nada más cruzar el canal nos damos de bruces con el Leopoldstadt  en el distrito 2, el antiguo barrio judío donde hoy nada chirría. Un oasis de paz y diseño donde la población más ortodoxa acoge a la nueva bohemia vienesa que llega pisando fuerte y cargada de propuestas tan originales como Taschenausgabe, un local donde podrás comprar el bolso más “it” de la temporada mientras disfrutas de un delicioso helado de yogur ecológico elaborado artesanalmente por el propietario de la tienda.

Si se acerca la hora de comer —y si no también— no dejes de dar un paseo por el Karmelitermarkt, el pequeño mercado donde puestos de flores y frutas conviven entre coquetos cafés modernos, soleadas terrazas y acogedores restaurantes y donde disfrutar de la gastronomía del mundo se convierte en un hecho cotidiano: sabores italianos, indios o georgianos se mezclan sin pudor con los tradicionales aromas culinarios austriacos. Un batiburrillo delicioso y sosegado que no te puedes perder.

Otro mercado, el Naschmarkt, el más grande y conocido de la capital, ofrece una variedad infinita: desde ostras y caviar persa hasta verduras y bocadillos Leberkäse, en sus dos kilómetros repletos de caprichos se puede encontrar de todo. Pero además, en este bullicioso espacio es parada obligada cualquiera de las múltiples terrazas que salpican el entorno de animación y desenfado. Unos pasos más nos llevan de cabeza al Freihausviertel, el barrio de moda más vibrante de la Viena moderna donde los jóvenes han ido abriendo galerías de arte, talleres artesanos, bares, cafés, tiendas de diseño… llenando de vida sus calles y de ocio sus noches.

Y hablando de noches, el llamado Bermuda Dreieck —el Triángulo de la Bermudas— se ha convertido en el eje más popular de ocio nocturno. Junto al Canal del Danubio, entre el viejo barrio judío y la Ruprechtskirche (la iglesia más antigua de Viena), las calles son un hervidero de bares, discotecas y cervecerías, aunque es precisamente en el canal donde se concentran los lugares más chic de la capital, sobre todo en verano cuando sus puertas terrazas y auténticas playas de arena con palmeras, tumbonas, música en vivo, Dj’s y mojitos como la del Strandbar Hermann o el Tel Aviv. Por supuesto, en la zona del Naschmarkt o el MuseumsQuartier se puede disfrutar del ambiente nocturno tomando una copa en cualquiera de sus innumerables terrazas y locales de moda.

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Dónde comer: Para degustar los mejores Wienerschnitzel lo mejor es acercarse al Glacis Beisl (en le barrio de los museos) o la divertida terraza del Plachutta, al lado de la Ópera. Por supuesto, las salchichas deliciosas siempre, aunque los vieneses dicen que las mejores se encuentran en el famoso quiosco Bitzinger en plena Albertinaplatz.

Cafés: Los Cafés son una parte esencial de idiosincrasia vienesa y proliferan por toda ciudad. Desde los elegantes Sacher, Demel, Mozart (escenario del "Tercer Hombre"), Bellaria o el Sperl (todo un clásico) hasta los míticos cafés literarios como el Central o el Hawelka, son un oasis de relax llenos de encanto y romanticismo. Las nuevas "szene houses" atraen a un público y a la última: Stein, Ritter o el Café Rüdigerhof que ocupa uno de los edificios modernistas más bellos de Viena.

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