Viajar

Un Hotelito para disfrutar la primavera a caballo

Un hotel con encanto de Rusticae en el que dar clases de equitación.

La primavera ha venido para quedarse. Los días son más largos y el sol brilla con más fuera aún, los campos empiezan a teñirse de colores intensos y de tonalidades que ya habíamos olvidado; y nuestro ánimo se eleva hasta un cielo ya casi siempre despejado de nubes.

Con este nuevo paisaje, nos apetece más que nunca escaparnos de la ciudad y disfrutar del campo y de la naturaleza al estilo Rusticae y en la mejor de las compañías. Para que esto pueda ser así, El Hotelito, un hotel Rusticae con mucho encanto situado en la localidad abulense de Navaluenga, nos ofrece el plan perfecto gracias a su Centro Hípico. "Hotel con encanto + Clases de Equitación" ésta es la fórmula que nos ofrecen para una escapada de fin de semana a este hotel en Ávila. Para principiantes, para ya iniciados e incluso para los que simplemente sienten curiosidad por el mundo del caballo y quieren disfrutar en esta primavera de una experiencia auténtica.

El entorno en el que se sitúa El Hotelito invita sin duda a exprimir todo lo que la naturaleza ofrece. Junto al curso alto del Alberche y al Pantano del Burguillo, esta zona es perfecta para los amantes de la pesca, pero también para practicar cualquier otra actividad al aire libre, senderismo, paseos en bici, golf o deportes de aventura. Pero también este rincón de la provincia de Ávila es ideal para los que simplemente quieren escaparse al campo, tumbarse en la hierba y disfrutar de campos verdes y de cielos azul intenso.

Abierto al paisaje, la mayor parte de las 12 habitaciones de El Hotelito, cuentan con terraza o con jardín privado para disfrutar aún más de las vistas a la sierra y del campo. Su decoración es luminosa, relajante gracias a sus colores claros y a la luz que entra a raudales por sus ventanas. Sin excesos pero con todo lo necesario para que nuestra estancia sea confortable. Y su rincón más acogedor sin duda es la biblioteca con su encantadora chimenea, pero en estos momentos la terraza rodeada de bambú negro que susurra con la brisa, es perfecta para el relax, la copa y la conversación.

Atención personalizada, amor por la naturaleza y pasión por los animales (se acepta desde un canario, hasta un caballo) son en definitiva los ingredientes con los que se ha cocinado este proyecto de hotel con encanto que es hoy una realidad lista para que todos podamos disfrutarla y compartirla.