Hacienda El Santiscal. Rusticae
Viajar

Un pedazo de la historia gaditana

No se trata de un rincón apartado del mundo sino de un pequeño mundo en sí mismo.

Dice la historia que en 1485, cuando Ronda estaba cercada por los musulmanes, el caballero Juan de Armario perdió su vida protagonizando una heróica cruzada para hacerse con las provisiones de la mina. En compensación, sus hijos fueron obsequiados con unas tierras en la Sierra del Santiscal donde se levantó de forma estratégica una hacienda fortificada con vistas al paisaje. Hoy se disfruta de otra manera, como hotel con encanto miembro de Rusticae y bajo el nombre de Hacienda El Santiscal. Un lugar que conserva intacta la magia de antaño para compartirla con nosotros. No se trata de un rincón apartado del mundo sino de un pequeño mundo en sí mismo. A Francisca Gallardo, su propietaria, le gusta definirlo como “Los sonidos del silencio”.

No hace falta más que un vistazo para comprobar que el tiempo se ha detenido en las paredes de la hacienda y que sus mejores detalles proceden de otra época de esplendor andaluz. El portón de la entrada, la fachada blanca inmaculada, el patio central… Una arquitectura fiel a la tradición con reminiscencias de la cultura árabe en el mobiliario de marquetería o en los arabescos de tachuelas en las puertas. El interior ha sido cuidadosamente adaptado y climatizado para vivir El Santiscal durante todo el año. Además, las habitaciones cuentan con decoración personalizada y suelos de terracota. Pero la hacienda no termina en las estancias del hotel, sino que es sólo una ventana al mundo que espera a su alrededor.

Para empezar, Arcos de la Frontera es una villa histórica excepcional por su patrimonio y declarada Monumento Histórico Artístico en 1962. Es reconocible a la vista por su construcción sobre una peña desde la que se descuelgan sus casas y calles. El castillo habla del pasado de la villa, que formó parte de la antigua provincia árabe de Medina Sidonia. Para los excursionistas, la Hacienda El Santiscal y Arcos son también centro neurálgico para emprender la Rusta de los Pueblos Blancos de Cádiz y visitar algunos de los parajes naturales con mayor encanto como los Parques Naturales de Grazalema o de Doñana.

En Rusticae.