Viajar

El lujo de un crucero fluvial por el Rin

La suma de todo lo que nos gusta: una magnífica suite con vistas, visitar ciudades emblemáticas y navegar. Un crucero fluvial por el Rin es probablemente la mejor elección.

Si nos gustan los cruceros, sea el caribe, la polinesia o el mediterráneo, la experiencia de un crucero fluvial supera con creces todo lo que podríamos esperar de un infinito mar.

Piensa en la comodidad, el confort, la tranquilidad, la estabilidad! Y piensa en las vistas. Que sí, que el mar es la vida. Pero poder navegar el Rin contemplando sus orillas, visitando cómodamente las ciudades que baña, a bordo de un crucero con todas las comodidad y lujos es una experiencia difícil de superar.

Crystal Bach pertenece a Crystal River Cruises de Crystal Cruises, claro, que en los últimos 26 años ha demostrado esa excepcional capacidad de crear experiencias únicas en las que el mínimo detalle es difícilmente de comparar, desde la estancia a los aménities.

La nueva experiencia “Joyas del Rin” que navegará por primera vez el próximo 13 de agosto propone recorrer 900 kilómetros de los 1.300 navegables del Rin, de Ámsterdam a Basilea o de Basilea a Ámsterdam, cruzando la vieja Europa y visitando en 14 días, Holanda, Bélgica, Alemania y Suiza. Estrasburgo, Colonia, Frankfurt…

Los camarotes son amplias y espaciosas suites completas, desde el camarote de 20 metros cuadrados a las Suites con dos habitaciones,, dos baños, vestidor y salón o la suite presidencial de 82 metros cuadrados de dos habitaciones, dos baños, un aseo, salón y comedor. Todas con una exquisita decoración digan de los mejores hoteles del mundo. Y todas exteriores, con vistas a las orillas del río, un cuadro que cada día de navegación cambia y sorprende.

Con excepcional servicio de a bordo que incluye mayordomo, un altísimo ratio de staff por pasajero, servicio 24 horas de cocina (de estrella Michelin), cafés, snacks o lo que uno desee, en la habitación o en cualquier parte del barco, allí donde se te antoje (no en el camarote de otros, claro), spa y sala de fitness o yoga, con personal altamente cualificado. Y la posibilidad de personalizar la experiencia en los lugares de atraque durante la travesía. Y Wifi durante todo el trayecto, por si te da por no desconectar del todo.

En suma, el plan de este verano puede ser ese crucero, por supuesto, pero un crucero fluvial por el Rin como este es de esas experiencias que probablemente te llenen y satisfagan mucho más. A nosotros por lo menos.