Viajar

Ibiza y Formentera a través de los ojos de un cuttybandista

¿Qué es ser cuttybandista? Es un estilo de vida atrevido y elegante. Una vez que lo eres, no dejas de serlo nunca.

Para ser cuttybandista primero tienes que tener un espíritu aventurero y una mente abierta y después te lo tienes que ganar. Puedes nacer con ganas de ser cuttybandista, pero sólo unos pocos consiguen serlo. Entre los elegidos están los 16 participantes del concurso que por tercer año consecutivo viene organizando Cutty Sark, que han podido disfrutar este mes de agosto una experiencia única recorriendo las aguas de las Pitiusas a bordo de dos goletas. Como auténticos contrabandistas de los años 20; pero ahora convertidos en cuttybandistas del siglo XXI.

Nosotros también estuvimos allí, porque queríamos contártelo para que tú también te sintieras parte de esta experiencia. Para introducirnos en el ambiente de clandestinidad y prohibición, antes de subirnos a las goletas de Cutty Sark, visitamos las cuevas de Can Marça. Un lugar que los traficantes usaban para ocultar el tabaco y el alcohol con el que comerciaban en el mercado negro durante la época de la dictadura.

Y así llegamos a alta mar, convertidos en grumetes furtivos, con el alma tintada del negro de la oscuridad de las cuevas, ávidos de fuertes emociones y diversión. Daba igual que el estado de la mar acompañara o no. Sólo había un objetivo: pasarlo bien. Y todo es mucho más fácil cuando en el barco te tratan a cuerpo de rey y por las noches visitas las mejores discotecas de Ibiza. ¿Quién quiere los speakeasies cuando puede disfrutar de una noche en el Pikes o en Heart, la nueva experiencia creativa de Ferrán Adrià?

A esto hay que sumar las fiestas clandestinas organizadas en las goletas, que una vez más nos hacían rememorar la época en la que el alcohol estaba prohibido en Estados Unidos y el whisky se introducía, procedente de las Bahamas, por la costa Este del país. La historia de la ley seca es el hilo conductor de esta aventura cuttybandista; en la que no han faltado las risas, los baños en preciosas calas perdidas y en alta mar, la música, el buen humor y por supuesto, los cócteles creados con el ingrediente estrella: el whisky.

Más de 10.000 participantes se apuntaron a un concurso organizado por la marca en redes sociales, donde durante varios meses tenían que obtener puntos para ganarse un puesto a bordo. Sólo 16 llegaron a embarcar. Y de estos, tan sólo cuatro aguantaron hasta el último día, ya que tenían que superar una serie de pruebas eliminatorias de habilidad, resistencia y supervivencia.

Este es el tercer año consecutivo que la marca organiza un recorrido por los territorios más desconocidos y con mayor magnetismo de las islas blancas. Fondeos en alta mar a base de cócteles elaborados con whisky, baños, concursos, diversión y las mejores puestas de sol. Y algunas noches, visitas a las mejores y más exclusivas discotecas de Ibiza.

Decía Hemingway que París era una fiesta, pero a día de hoy esa sentencia ha cambiado y podemos decir sin temor a equivocarnos que Ibiza es una fiesta. Una fiesta a la que hemos acudido invitados por Cutty Sark y que nos ha convertido en auténticos cuttybandistas. Y cuando uno se convierte en cuttybandista no deja de serlo nunca, porque ese espíritu aventurero es entonces un tatuaje imborrable.