Son pocas las cadenas hoteleras de gran lujo que no han puesto la vista en Dubái, y más concretamente en el macrocomplejo de Palm Jumeirah, la gran isla artificial con forma de palmera, quizás el rincón del planeta con más resorts de híperlujo. Una de las últimas en abrir allí su hotel de cinco estrellas fue Waldorf Astoria, la marca de hoteles de lujo de la cadena Hilton.
Fue el año pasado cuando se estrenó en la palmera de Emiratos y lo hizo con un hotel que, por su estilo arquitectónico, recuerda a los antiguos hoteles de recreo y vacaciones de la costa Este norteamericana, con un estilo típico de Florida, pero pasado todo por el tamiz del lujo y la opulencia que no puede faltar en el Golfo Pérsico. Es por ello que sus 319 habitaciones presumen del más ostentoso de los lujos, que incluye una playa privada de arena fina y blanca.
En el Waldorf Astoria Dubai Palm Jumeirah, el servicio de mayordomo se extiende a toda la estancia. Así, desde que los huéspedes entran hasta que abandonan el recinto, un miembro del personal se ocupará personalmente de ellos y sus necesidades, lo que garantiza un servicio digno del mejor cinco estrellas. Tanto en lo referente a la habitación (deshacer maletas, preparar y acondicionar pedidos especiales, comidas en el salón de la suite...) hasta acomodo y necesidades en las zonas exteriores comunes, todo podrá ser atendido por un ejército de ayudas de cámara.
El hotel cuenta con 13 tipos de habitaciones donde elegir, pero son los cinco tipos de suites los que más llaman la atención. Concretamente, la Royal Suite, la más grande de Dubái, con vistas increíbles sobre el Golfo de 360 grados, 1.567 metros cuadrados de opulencia, dos dormitorios con balcón de 93 metros cuadrados, baño de mármol italiano, televisor de 55 pulgadas en su salón, comedor para 20 personas...
La joya de la restauración del hotel viene de Manhattan. Se trata del Social by Heinz Beck, el exclusivo restaurante de inspiración neoyorquina creado por el famoso chef Heinz Beck. Pero no es la única opción, pues hay también restaurante asiático (el Lao), árabe (Mezzerie), el bar Serafina, de decoración veneciana; y así hasta media docena. Todos con una amplia selección de cafés para que el remate a la comida sea perfecto.
Un lujo para los sentidos que es posible disfrutar desde 280 €/noche.
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