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Villa Augusta, una taberna romana entre trufas

Este hotel boutique en el corazón de la mayor reserva de trufas negras de Francia es toda una oda al pasado romano de la región de Drôme.

El departamento francés de Drôme se encuentra en el límite de lo que fue la Provenza de la época romana. Hoy pertenece a la región de Ródano-Alpes, con Valence como ciudad principal y con el río del mismo nombre surcando sus tierras. El sur del territorio, al igual que las zonas vecinas de Avignon y Marsella, no han querido perder esa esencia clásica que dejó allí el paso de las legiones romanas en su conquista del Viejo Continente, y prueba de ello son los pueblos que recuperan diferentes escenarios de aquella época.

Es el caso de Saint Paul Trois Châteaux, un pequeño pueblito al sur de la región, a medio camino entre Valence y Avignon, y que está en plena zona principal de recolección de trufa negra en Francia. Allí se levanta un hotel boutique muy especial: el Villa Augusta. Como su propio nombre ya da lugar a entender, aquí el pasado romano está más que presente. Y es que el inmueble se encuentra en lo que fue una antigua taberna romana, conservando restos de aquella época bajo el oro y ocre de las fachadas.

La decoración también trata de trasladarnos a aquellos siglos, con muebles y estancias que, sin llegar a ser en ningún momento un decorado, ni hacernos sentir artificialmente fuera de lugar, consigue que estemos cómodos y, al mismo tiempo, con la sensación de haber viajado en el tiempo. Claro que eso no quiere decir que se renuncie a comodidades actuales, como las grandes camas King Size o toda la equipación multimedia, así como amplios cuartos de baño.

Un buen plan en Villa Augusta es, después de dar un paseo por los alrededores del pueblo, tomar un picnic bajo el cedro de 200 años que preside el patio al aire libre del complejo. Sencilla y elegante, la villa cuenta también con una piscina, donde relajarse hasta la hora de la cena. El menú, no podía ser menos, suele tener la trufa entre sus ingredientes.

El hotel pertenece a Relais & Châteaux, y es que la gastronomía está más que cuidada. Los propietarios, el matrimonio de David y Priscilla Mollicone, lo saben bien. Él es un apreciado chef y el hotel cuenta con un afamado restaurante gastronómico de altura, con platos y bodega dignos de los más exigentes. Alta cocina francesa en un ambiente que jamás pudieron soñar en la época romana.

Con hasta cinco tipos de habitaciones, siendo la estrella la Suite Terrasse, el hotel cuenta con 22 habitaciones (desde 120 €/noche en temporada baja). Es posible ir solo a desayunar (18 €) y regalarse una cena allí es posible a partir de 28 € (menú cerrado) o 65 € (a la carta). Todo un planazo de escapada con historia y mucho sabor.