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Una noche en el hogar del conquistador Diego de Almagro

La Casona, un antiguo palacio colonial español, alberga un hotel de lujo en pleno Cuzco.

Una mansión colonial del siglo XVI alberga hoy uno de esos hoteles en los que el tiempo parece haberse detenido. Una magnífica conservación del edificio ha permitido que el viajero que se hospede en este cinco estrellas de la ciudad andina de Cuzco aún tenga la sensación de encontrarse en pleno Colonialismo español, descubriendo las maravillas y las riquezas de la civilización inca.

De hecho, se da la circunstancia de que este palacio de base cuadrada fue una de las primeras edificaciones señoriales de la ciudad de Cuzco, situada a pocos pasos de la pintoresca plaza pricnipal. En su momento, albergó a la comandancia de los conquistadores, una estampa que no es difícil de plasmar en la memoria dado que la decoración e interiorismo del actual hotel se basa en la del aquel entonces.

Pero el Inkaterra La Casona, que es así como se llama el establecimiento, no es ni mucho menos un parque temático histórico, sino todo un hotel de lujo en concepto boutique en cuyas once suites uno puede descansar y gozar del mejor servicio (a partir de 390 €/noche). Todas dan a un patio de corte castellano en cuyo interior se ha creado un delicioso jardín que, en verano, alberga una pequeña terraza, y en cuyo centro se ha plantado un pequeño árbol.

El palacio fue el hogar en 1534 de Diego de Almagro, conquistador de Perú y el primer europeo en avistar Chile. Luego pasó a ser residencia de don Juan Álvarez de Maldonado, conquistador de la selva amazónica, y mucho después, ya en el siglo XIX, acogió a Simón Bolívar, después de su victoria en Ayacucho. Demasiada historia tras los muros de un palacio que, por fuera, podría pasar desapercibido, pero que por dentro es el lujo en mayúsculas, el que no se puede tocar porque impregna cada centímetro.

Solo la visita al hotel ya merece la pena, no digamos pasar aquí una noche.