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Una casona de cinco estrellas en el campo esloveno

Con 11 habitaciones, el Hotel Kendov Dvorec permite vivir la tradición rural eslovena con el máximo lujo.

Idrija es uno de los epicentros de la tradición artesana de Eslovenia. En este pequeño rincón a medio camino entre los Alpes y las mesetas del Kras se encuentran las manufacturas más importantes de tejidos de encaje de los Balcanes.

Encajada en un valle profundo provocado por la confluencia de los ríos Idrijca y Nikova era también conocida por su mina de mercurio (uno de los pocos lugares en el mundo donde el mercurio se encuentra tanto en estado líquido como en sulfuro), hoy declarada Patrimonio de la Humanidad.

Allí, en el pueblo de Spodnja Idrija, se encuentra una pequeña casona levantada en 1377 que se ha reconvertido con acierto en todo un hotel de gran lujo. Cinco estrellas que, no por ello esconden su pasado ni se alejan de lo que uno espera de un establecimiento en medio de un valle. Es el hotel Kendov Dvorec, cuya apuesta por lo tradicional le permite presumir de un carácter único en la zona.

Perteneciente a la cadena Relais & Châteaux, cuenta con apenas 11 habitaciones dobles (a partir de 180 €) y cuatro suites (300 €), todas ellas decoradas al estilo tradicional de los pueblos de Eslovenia, con gusto y algo recargadas, pero con mucho encanto. Imposible no fijarse en sus maderas talladas, sus finos encajes (de la artesanía local) y los muebles, realizados por ebanistas a mano.

También es famoso este hotel por su restauración. Con su propio obrador de pan, los huéspedes se despiertan cada mañana con un olor penetrante a hogazas recién horneadas, que llegan raudas a las mesas del desayuno. También se deja desear el potica, un bizcocho tradicional esloveno que se sirve a diario y que, aunque es típico de Pascua, lleva todo tipo de ingredientes potentes: vino, chocolate, mermelada, queso...

Pasear por el hotel es hacerlo también por un huerto repleto de manzanos centenarios, o por la ribera del río Idrijca, de camino a la capilla del pueblo, célebre lugar de peregrinación. Una experiencia única a menos distancia de España de lo que imaginamos.