Cuenta la historia que el Baniano es un árbol fuera de lo común, de cuyas ramas nacen raíces que dan lugar a nuevos árboles, en cuya sombra dicen se resguardaban los hombres del calor y pasaban el rato… Un árbol propio de la India, que posteriormente fue ganando territorio asiático para acabar hasta en el más remoto lugar. Y siguiendo los pasos del baniano nace la cadena de hoteles de lujo Banyan Tree, que simbolizan el alivio y la comodidad y que cuenta con hoteles por todo el mundo.
Nos paramos en Bangkok, en concreto en el piso 61 del Banyan Tree. Vértigo es el nombre del restaurante ubicado en la azotea del hotel. Un restaurante único, con unas vistas sobre toda la ciudad que solo se pueden apreciar desde tal altura. En la misma planta se encuentra el Moon Bar, recomendado para los que prefieran disfrutar de una copa de vino mientras atardece en Bangkok. Dispone de sillas altas en un pasillo estrecho, rodeado por una cristalera que permite gozar de unas panorámicas espectaculares.
Y del cielo descendemos hacia este “santuario para los sentidos” que se esconde en el Banyan Tree Hotel. Desde que se cruza el umbral de la entrada, se aprecia una combinación perfecta de la estética contemporánea y tailandesa tanto en su contenido como en su continente, con restaurantes de cocina tailandesa y occidental. Cada habitación tiene un diseño sofisticado, decorado con madera natural y telas de seda para la ropa de cama. Y como en la variedad está el gusto, hay 327 habitaciones para que cada uno elija la que más le guste.
Hacemos otra parada antes de llegar a la planta baja en el piso 21 donde se encuentra una piscina descubierta porque, ¿a quién no le gusta darse un baño en las alturas? Y es que aquí encontrarás un pequeño oasis abierto hasta las 10 de la noche. Otra de las facilidades que ofrece el Banyan Tree es el spa, que brinda una gran variedad de tratamientos, desde peelings corporales hasta envolturas y tratamientos faciales.
Y ahora sí, ya llegamos a la entra o salida, según se vea, del hotel. Está ubicado en la zona céntrica de Silom – Sathorn, muy próximo a las principales embajadas, cerca del mercado nocturno y con medios de transporte que se comunican con toda la ciudad. Y ya sea empezando la casa por el tejado o no con este hotel, lo cierto es que cada rincón merece la pena.
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