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Tradición y lujo en el evocador Chiang Mai Four Seasons

El valle de Mae Sa esconde una de las regiones más hermosas de Tailandia: el reino de Lanna, y en él este resort de auténtico cuento.

Pocos paisajes hay más bucólicos e interesantes que el de las terrazas de arroz en el Sudeste Asiático. De Vietnam a Camboya, pasando por Laos o Tailandia, el observar cómo cada una de las parcelas 'decora' las montañas y valles con su particular paisaje de pequeños lagos y pequeña vegetación, bajo la cual crecen los granos, es toda una maravilla.

Esto es precisamente lo que les espera a quienes viajen a la región del valle de Mae Sa, a una hora en avión de Bangkok, en Tailandia. Allí, con siglos de tradición conservados con celo y mimo por sus habitantes, se encuentra el antiguo reino de Lanna, cuyo significado ya nos da a entender que allí nos espera 'la tierra de un millón de campos de arroz'. La belleza del lugar no tiene parangón, y la de Chiang Mai, la ciudad conocida como 'la rosa del norte' en el país, mucho menos. Allí es donde se encuentra uno de esos resorts que permiten entender por qué el lujo asiático no solo comprende dorados y palacios, sino también rincones de exquisitez para los cinco sentidos a un tiempo.

Se trata del Chiang Mai Four Seasons, un cinco estrellas Gran Lujo rodeado de bosque tropical, campos de arroz, templos centenarios, pequeñas fábricas de artesanía, caminos intrincados y, sobre todo, desconexión con el mundo real.

Compuesto por 98 villas y suites, es imposible no querer caminar descalzo por sus suelos de teca pulida, con cuidado para no querer molestar a las grandes estatuas que decoran cara rincón, deslizando nuestras manos por los muebles lacados, dejándonos envolver por las sedas, relajarnos en las camas balinesas y sofás junto a la piscina exterior, que de noche rodean de pequeñas velas y luces...

Algunas de sus habitaciones, como las High Rice Terrace, con 70 metros cuadrados, ofrecen vistas de los campos de arroz y la cordillera de Suthep, mientras que las suites Lanna, con techos abovedados, prefieren dirigirse a los bosques y a la laguna. Precisamente en esta, a su alrededor, se han colocado unos pabellones de gran lujo donde incluso se cuenta con una chimenea a los pies de la cama.

Toda una experiencia digna de reyes en la que no faltan piscinas privadas, terrazas con vistas panorámicas, la mejor cocina tailandesa o un magnífico spa, con el sello de Four Seasons, una de las cadenas más emblemáticas del mundo del lujo internacional. Eso sí, a un precio a la altura de tanta exquisitez. Pasar la noche aquí es posible a partir de 570 €/noche.