A apenas 10 minutos del Trinity College se encuentra uno de los hoteles más emblemáticos de Dublín: el Four Seasons. Compuesto por 197 habitaciones, todas de lujo (26 de ellas, Executive Suites; y otras tres, Premium Suites), la amplitud de éstas y la quietud que rodea al edificio engañan al viajero, ya que es difícil darse cuenta de que estamos a un paso del corazón de una de las principales capitales europeas. Máxime si observamos que el establecimiento posee un amplio jardín donde pasear, así como un relajante spa con piscina interior y en el que se puede uno regalar todo tipo de tratamientos relajantes.
También llama gratamente la atención su oferta gastronómica. Cuenta con varios restaurantes, pero la estrella es el llamado Seasons, de estilo neoyorquino y especializado en carne a la parrilla. En su carta no faltan terneras americanas e irlandesas, así como medallones de ternera lechal, cordero a la brasa o escalopes de cerdo irlandés (si es amante del pescado, cuentan con calamares y sushi de atún, entre otros bocados). Eso sí, el plato estrella es un filete de buey de Cork, acompañado de patatas fritas, crema de espinacas, bacon crujiente, patatas, langosta picada y aros de cebolla en tempura (no apto para personas a dieta, obviamente).
Se puede disfrutar de los salones del hotel incluso si no se es huésped, ya que el establecimiento ofrece la posibilidad de apuntarse a lo que han llamado 'Afternoon Tea Experience', por el que es posible disfrutar de una merienda con tes cultivados en diferentes países del mundo. Las infusiones se acompañan de sándwiches, pastas y los clásicos 'scones' con mermelada de arándanos o frutas rojas.
Pasar una noche en este cinco estrellas es posible a partir de 130 €.
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