El Paseo Colón de Barcelona es una de las calles más transitadas cada día por cientos de turistas que se acercan a descubrir las maravillas de la ciudad. Se encuentra junto al mar, lo que los locales llaman 'la Fachada Marítima'; con la estatua de Colón a un lado y, al frente, todo el nuevo complejo de ocio y restauración que ocupa una de las dársenas centrales del puerto.
Es allí donde ha abierto sus puertas un hotel boutique de 30 habitaciones (11 de ellas, suites), el primero en situarse en esta parte de la ciudad. Se llama The Serras y desde sus ventanas es posible admirar tanto el puerto como el Barrio Gótico, toda una experiencia posible en un edificio rehabilitado de 1846, obra del arquitecto catalán Francesc Daniel Molina. De hecho, no es un inmueble cualquiera, pues se trata del que sirvió de refugio a Pablo Picasso en su primera estancia de la ciudad. Su fachada, de un estilo romántico como era la moda en aquel entonces, se ha mantenido tal cual la vio el malagueño al llegar a Barcelona.
Hasta hace unos años, era la sede de una naviera, sin embargo, ahora es toda una sensación para los sentidos. No solo la vista sobre el mar, el olfato de la brisa marina... sino también el gusto. Al frente del hotel, y no solo de los fogones del mismo, se encuentra el cocinero Marc Gascons, con una estrella Michelín por su restaurante Els Tinars de Llagostera.
En The Serras, su epicentro gastronómico se llama Informal by Marc Gascons y se puede acceder a él desde la calle de la Plata, 4, la misma puerta por la que accedía Picasso a su estudio. Su menú, muy catalán con detalles internacionales. La oferta se completa con el bar situado en la terraza del hotel, también pública. The Rooftop aspira a ser la sensación de la temporada barcelonesa.
La decoración es muy interesante en todo el complejo y le da un toque moderno muy elegante. Colores naturales, un uso racional del hierro y la madera, mosaicos hidráulicos modernistas, camas XXL... Todas las habitaciones incluyen un lounge con sofá y un amplio baño. Además, en las suites, jacuzzi y las mejores vistas. Una razón más para acercarse a Barcelona y dejarse seducir por su ADN mediterráneo.
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