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El hotel griego de la torre del XVIII con vistas al Mediterráneo

Una torre militar con más de 200 años reconvertida en un hotel de tan solo 3 habitaciones con unas vistas incomparables.

En cuanto las temperaturas comienzan a elevarse, el Mediterráneo despliega su magnetismo ejerciendo su irresistible poder de atracción sobre nosotros y convirtiéndonos en presas del deseo de sentirlo en nuestra piel.

Claro que el Mediterráneo, sin ocupar lo que la inmensidad de un océano, es un mar que toca costas dispares y distintas a cada cual más bella gracias a sus perfiles recortados, a los colores naturales de la superficie, a veces dorados, desérticos y tostados, otras del verde más frondoso, en ocasiones de blanco acuarela o del azul más bello y sugerente; todos son destinos a los que ir y en los que perderse pero a nosotros, hoy, nos llama Grecia.

Y decir que nos llama Grecia es hablar en azul mar y azul cielo arrastrando la densidad de una historia milenaria que no sólo es real sino también mitológica; de hecho, el lugar al que viajamos hoy se ubica en una zona en la que, según dejó escrito el historiador y viajero griego Pausanias, se ubicó cientos de años atrás el Templo de Poseidón; y además, si repasamos las historias de la mitología griega, descubriremos que muy cerca de nuestro destino estaba situada la casa de Hades con, Cerbero, su perro de tres cabezas en la puerta; cuenta también la mitología que por allí pasó Hércules, cuyo último trabajo consistía en capturar a Cerbero.

Volamos a cabo Ténaro que es el cabo central de los tres que suponen el fin de la Grecia continental por el sur del Peloponeso y está ubicado en la península de Mani, consagrada siglos atrás a Poseidón, de hecho, todavía se pueden ver los restos del Templo al que aludía Pausanias en sus escritos.

Nos retiramos a un hotel de tres habitaciones, que dicho así parece cosa de poco pero es en realidad el lujo natural más bello, es la mejor de las opciones si lo que buscas es huir del mundanal ruido y adentrarte en la historia; se trata de un hotel construido a partir de los restos de una torre de vigilancia militar del S.XIX; el hotel respeta la estructura original del edificio y sus piedras y añade una piscina infinita de espectaculares vistas en cualquier momento del día porque lo que tendrás frente a ti es el Mediterráneo visto desde un lugar pensado para vigilar el mar... Los atardeceres en Tainaron Blue Retreat son, sencillamente, excepcionales.