Cada hotel tiene su propia historia pero hay algunos en los que, como bien afirma el dicho, “si las paredes hablasen…” sorprenderían a cualquiera con las historias que han tenido lugar en sus habitaciones.
En 1926 se inauguró en el centro de Filadelfia el Warwick Hotel que, poco a poco, se convirtió en un símbolo de elegancia y lujo. Tal era su prestigio que Frank Sinatra y Ava Gardner lo eligieron en los años 50 para pasar su noche de bodas y unas décadas más tarde, en los 70, su discoteca Elan atrajo por igual a jóvenes amantes de la música disco y a grandes estrellas como Elvis Presley durante sus visitas al a ciudad
Casi un siglo después, se ha reinaugurado con el nombre de Radisson Blu Warwick Hotel. El encargado de su decoración ha sido el estudio escocés Graven Images, con Jim Hamilton a la cabeza –quien ya ha colaborado en más ocasiones con esta cadena de hoteles-. El prestigioso decorador ha optado por combinar el característico estilo renacentista que tiene el edificio por fuera con un interior vanguardista, urbano y lleno de colores vibrantes, sin olvidarse de ese toque de exclusividad que ha caracterizado al hotel desde que abrió sus puertas.
Sus 301 habitaciones, 9 salas de reuniones, los espacios que dispone para realizar eventos y sus 3 restaurantes lo convierten en un alojamiento perfecto para cualquier viaje de negocios, placer o para disfrutar de una inolvidable luna de miel como hicieron Sinatra y Gardner.
Hoy, Rittenhouse Square, el distrito en el que está situado, es una de las zonas más activas de la ciudad, con numerosas tiendas, boutiques, museos, y galerías de arte. Y por eso, el Radisson Blu Warwick Hotel tiene la ubicación idónea para conocer el Filadelfia más atractivo y disfrutar de su oferta cultural.
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