En medio del Océano Índico, a 900 kilómetros de las costas más cercanas, las de Madagascar, con un clima cálido, húmedo y una magnífica temperatura tropical, rodeado de playas de arena blanca, de grandes lagunas de aguas a una temperatura media de 25º, aguas transparentes, azules, turquesa: Isla Mauricio.
Y en el suroeste de Mauricio, en la Península de Le Morne, el perfecto paraíso. Entre la montaña y el mar, al pie de una largísima playa de arena blanca, un rincón de donde no se desea volver jamás: el Dinarobin, 5 estrellas lujo de la cadena Beachcomber, con 172 suites, diversas piscinas de pizarra con cascadas, cocoteros y terrazas de madera, íntimas, comunes, áreas de descanso, zonas verdes. Spa y Wellnes "verdaderos espacios de calma y serenidad" decorados con mimo como auténticos monasterios jaopneses, "misteriosos y majestuosos", saunas, baños turcos, cabinas de masaje individuales o dobles, interiores y exteriores, sala de yoga y meditación, de algoterapia, y un espacio termal con balneoterapia o hidroterapia. O el espacio ayurvédico o los quioscos de la playa para disfrutar de masajes y tratamientos con hierbas y aceites esenciales durante horas.
Y cuando has disfrutado de todo eso y ya no hay nada en el mundo que te quite el sueño, algo de actividad, de ocio, de deporte: treking, voleyball, fútbol, cardio y musculación de interior, aerobic, step, yoga, buceo, pesca deportiva, vela, windsurf, piragüismo, ski náutico… y golf en el Paradis Golf Club de 18 hoyos Par 72, junto al mar. Y por la noche, Jazz en vivo, "sega" (baile Mauriciano)… con todo, el que vuelve a casa después del Dinarobin, sin duda ya no es el mismo.
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