Pocos lugares pueden rivalizar en belleza y espectacularidad con la isla griega de Santorini. Pero si hay un rincón en ésta que destaque especialmente, ése es el pequeño pueblo de Oia. Dicen los más viajeros que hay un antes y un después en tu vida tras presenciar una puesta de sol allí, y que no hay nada como, tras ver desaparecer al astro rey, bajar hasta el pequeño puerto de Armeni y cenar en una de sus tabernas de pescadores.
Nosotros añadimos a esta experiencia una más: despertarse en el Hotel Canaves Oia. Con una maravillosa vista de la caldera natural de Santorini, es un establecimiento de lujo que ofrece desde catas de vino al atardecer (sólo en la isla se cultivan más de una treintena de tipos de uva diferentes y hay multitud de viñedos) a paseos en yate privado, sin olvidar todo tipo de excursiones y cruceros por el Egéo.
Todas las suites están diseñadas conservando la arquitectura isleña tradicional. Destaca la Suite Canaves, con dormitorio principal en forma de loft y un baño espectacular en el que no falta la ducha de hidromasaje. Incluye un segundo dormitorio, también con baño, así como un salón y un comedor. Aunque lo que más llama la atención es que tenga sauna y una piscina al aire libre en el balcón. A partir de 1.300 €/noche, incluye una bienvenida con vino local, cesta de frutas y desayunos con champán.
¿Hay acaso un mejor despertar que las vistas de las paredes encaladas, el azul intenso del mediterráneo, una inmejorable compañía y las burbujas de un buen Champagne?
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