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Molori Safari, un sueño en plena reserva sudafricana

La reserva de Madikwe es el hogar en el que coinciden los animales más impresionantes y un 'lodge' de lujo pensado para hedonistas.

La frontera entre Sudáfrica y Botswana está llena de rincones de excepción. Uno de ellos es la reserva animal de Madikwe, a muy poca distancia de Gaborone, la capital de Botswana, y no excesivamente lejos de Pretorio y Johannesburgo. Allí, en medio de una naturaleza única en la que conviven los grandes reyes de África, los animales llamados 'Big Five', es donde se encuentra un lodge que permite disfrutar de los safaris más increíbles: el Molori Safari.

Construido inicialmente para que lo disfrutara la familia propietaria del terreno, en 2002, no tardó demasiado en pasar a convertirse en una casa de huéspedes de cinco estrellas, a los pies del coto y reserva de caza de Mdikwe, con 75.000 hectáreas por explorar (es el quinto más grande de Sudáfrica). Su nombre, 'Molori', significa 'sueño' en el idioma setswana, y no podría ser más acertado, ya que, si hay algo a lo que invita entrar en sus dependencias, es a soñar, a la evasión más absoluta y, sobre todo hedonista.

Esta impresionante casa en medio de la saba se compone de cinco suites, cada una con un estilo y una decoración diferente, y siempre tratando de respetar el entorno para no desentonar. Así, hay dos con categoría Presidencial, la Metsy la Molelo; una Premier Familiar, la Sephiri; y dos Premier, la Ngwedi y la Lsedi, todas con paredes de cristal que se pliegan completamente para permitirla ausencia de cualquier barrera entre el salón y el dormitorio con la terraza privada con piscina de la que goza cada una de ellas.

La decoración no entiende de etiquetas 'low cost'. Fendi, Kenneth Cobonpue, Philipp Plein o Missoni, que se ha encargado de tapizar muchos de los sofás de exterior del 'lodge', son algunas de las firmas presentes en cada uno de los rincones del complejo. Tampoco faltan guiños a la cultura africana y local, especialmente en los techos, recubiertos de paja.

Las excursiones desde aquí son memorables, ya que tenemos la posibilidad de ver elefantes, búfalos del Cabo, leopardos, rinocerontes, jirafas o leones a un palmo; pero también las estrellas del Hemisferio Sur como nunca, pues el Molori posee uno de los mayores telescopios privados de Sudáfrica. Donde no es necesario abrir los ojos es en su spa, donde podemos regalarnos un relajante masaje a base de aceites esenciales.

Además, entre las actividades del complejo, ofrecen la oportunidad de acompañar a un equipo de veterinarios a realizar las tareas de etiquetado de rinocerontes, donde, además, toman muestras para analizar su ADN. Todo ello en estancias que parten de los 725 €/noche.