Con la reciente inauguración de la EXPO, Milán se ha convertido en el centro de todas las miradas del diseño, la arquitectura, el arte... es decir, de la vanguardia en general. Y aunque la exposición universal está poniendo el acento más en el medio ambiente y en la sostenibilidad que en otras materias, eso no quiere decir que no se pueda compatibilizar con la creación de nuevos espacios en los que unir todos los conceptos artísticos y funcionales.
Es el caso del último gran hotel que acaba de abrir sus puertas en la capital lombarda, coincidiendo con la propia apertura de la feria. Se trata de un cinco estrellas con ADN español, en tanto que pertenece al grupo Meliá. Los baleares han cortado la cinta del que aspira a ser todo un emblema del lujo en la ciudad: su nuevo Me Milán Il Duca, perteneciente al sello Me by Meliá del grupo, el que define a los hoteles más vanguardistas y urbanos.
Su perfecta ubicación obligaba a una inversión importante en diseño y estilo, ya que se encuentra en plena plaza de la República, es decir, a un paso de Corso Como y de las principales calles comerciales de Milán, con las boutiques más importantes. Ocupa el edificio del histórico Hotel Duca, diseñado por el arquitecto Aldo Rossi (premio Pritzker en 1990 y que sigue involucrado actualmente) y que fue referente del lujo en la ciudad, como ahora quiere perpetuar el nuevo proyecto de Meliá.
Destaca su interiorismo, próximo al minimalismo, obra de los arquitectos Gio Ponti y Luca Meda, y el diseñador Achille Castiglioni es el responsable de las lámparas de pie que pueblan cada rincón. Tampoco falta un guiño a la fotografía. Instantáneas en gran formato de Alberto von Stokkum decoran las paredes, bajo una temática centrada en iconos del mundo de la música y la moda.
Con 132 habitaciones, 32 de ellas, Chic Suites, una Personality Suite y una Suite ME (las dos últimas, con terraza privada de 100 metros cuadrados con las mejores vistas sobre la plaza), el hotel no solo busca ser refugio de viajeros, sino también de los propios locales, en tanto que ha adaptado su azotea para crear una terraza-bar que se convierta en el marco perfecto para un 'after work', con carta de tapas, además de cócteles.
A partir de 360 €/noche, todo un estreno a un paso de las 'catedrales' de la moda italiana.
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