A orillas del Ródano, Villeneuve-lez-Avignon es actualmente la ciudad residencial de Aviñón. Las antiguas residencias de los Papas y su corte ya no disfrutan de las las vistas del Castillo de Sant-André, de la calma de una orilla mucho menos bulliciosa que la de la gran ciudad. O, al menos, no todas, porque un antiguo convento sigue siendo testigo del paso de la historia.
La Prieuré es un edificio del siglo XIV que hoy alberga un cinco estrellas perteneciente a la cadena de lujo Relais & Châteaux. Antes, sin embargo, sus 25 habitaciones y 13 suites acogían a unos huéspedes de los que no suelen irse a los pocos días, y es que era un monasterio. No fue hasta la Revolución Francesa de 1789 que el palacio y sus tierras fueran repartidos en cincuenta lotes y vendidos. El que correspondía al convento se convirtió en albergue de artistas y una gran reforma en los años 60 le dio el espaldarazo definitivo para convertirlo en uno de los hoteles más exquisitos de la región.
Hoy mantiene su jardín parroquial y sus emparrados de glicinas. Sus estancias (desde 200 €/noche) se reparten por tres edificios y en ellos la decoración es moderna y funcional, con un mobiliario que lo hace acogedor y, al mismo tiempo, bello. No falta una gran piscina, todo tipo de detalles contemporáneos y, cómo no, un gran restaurante.
Este presenta una carta que sublima los sabores de la Provenza y, en general, todo el sur de Francia. Así, no faltan platos como el foie gras de pato de Las Landeas con fresas de Nîmes o el Pichón de las Costières asado en cazuela con hojas de salvia. Con un menú a partir de 40 €, al frente se encuentra el chef Fabien Fage, con una estrella Michelin. Y en sus bodegas, lo mejor del valle del Ródano, Borgoñas, Burdeos, champanes...
Toda una exquisitez para emular la buena vida de los Papas de Avignon.
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