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Le Taha'a. Isla privada. Paraíso terrenal

No te cansas de admirarlo. Da igual que lo hayas listado mil veces. Aguas turquesas, palmeras, volcanes al fondo y arena blanca es el cóctel del paraíso.

Si pudiera despertarme todos los días en un lugar del mundo, y estuviera 'condenado' a que este fuera siempre el mismo, no creo que dudara ni un segundo en elegir como rincón 'carcelario' uno de los islotes de la isla Taha'a, un pequeño lugar de la Polinesia Francesa, al noroeste de la isla principal, en el que se cumple todo lo necesario para que pueda ser calificado como paraíso. Y es que no falta una gran mancha de agua turquesa rodeando un esplendoroso bosque verde brillante formado por cientos de palmeras. Tampoco unas playas de arena finísima, aunque con arenales no lo suficientemente anchos como para no tener que 'sufrir' la presencia de la selva, y al fondo, otras islas coronadas por majestuosos volcanes, vigilando que nada malo ocurra en esas 'hermanas pequeñas' que son Taha'a y otras compañeras.

Es aquí donde se encuentra el resort Le Taha'a, que ocupa el extremo sur de la isla (aunque toda ella es privada y perteneciente al complejo). Abierto en julio de 2002, se trata de un cinco estrellas Gran Lujo perteneciente a la cadena Relais & Châteaux, siendo uno de los pocos hoteles de gusto polinésico en formar parte de la misma. El diseño, por tanto, no es excesivamente original, pero quién le dice que no a las cabañas situadas sobre el agua coralina, a pocos metros del Pacífico abierto; o a llegar en un pequeño barco hasta el muelle solitario del resort, con su mítica pasarela de tablones de madera.

Este arrecife de las islas Sociedad rodeado por coral está a cinco minutos de Taha'a, un lugar conocido en Polinesia Francesa por el cultivo de perlas negras naturales y plantaciones de vainilla. Intimo y exhuberante, el hotel cuenta con cancha de tenis, posibilidades de hacer esquí naútico y safaris acuáticos, paseos en motos de agua, submarinismo... A pesar que la playa es hermosa y nadie quiere salir de sus aguas, hay piscina; y tiene su propio barco con fondo de vidrio.

Claro que también es posible relajarse en su Label Spa, con masajes en la laguna, exfoliación bajo ducha Vichy, baños en leche de coco... Como para no querer despertar aquí. Desde 550 €/noche.