No existe un Moscú otro hotel que pueda compararse al Nacional, tanto por su historia como por su monumentalidad. Construido a principios del siglo XX, abre sus puertas en 1903, de la mano del arquitecto Alexander Ivanov, que idea un edificio que combine arquitectura clásica y modernista, especialmente en lo decorativo. Allí se hospeda la realeza rusa y los diplomáticos que viajaban a Moscú, unos huéspedes que luego sustituirían los miembros más destacados de la Duma, ministros soviéticos y generales del Ejército Rojo.
Una restauración llevada a cabo en la década de los años 30 le dio el toque palaciego que aún conserva, con muebles de calidad excepcional, frescos en las paredes y todo tipo de objetos decorativos. Y esto es lo que se encuentra el huésped que escoge el Nacional para su estancia en Moscú, aunque sin renunciar a los lujos modernos propios del siglo XXI, como lo último en audiovisual. Además, desde las ventanas se puede ver, y casi tocar, la Plaza Roja, presidida por el Kremlin y la Catedral de San Basilio.
Perteneciente a la Luxury Collection de Starwood Hotels, actualmente cuenta con 202 habitaciones, 56 de ellas suites de diferentes tamaños. Además, posee uno de los mejores restaurantes de la ciudad: el Moskovsky, que también es uno de los más lujosos. No falta un centro de belleza gestionado por la firma francesa Guerlain ni una coctelería en el Lobby, el Aleksandrovsky Bar. Y en todas las habitaciones hay wi-fi gratuito.
Disfrutar de una noche de ensueño en alguna de sus habitaciones es posible a partir de 250 €, aunque el hotel cuenta con programas especiales para fines de semana así como para parejas o interesados en ir de compras. A fin de cuentas, a un paso se encuentran las principales calles comerciales y buena parte de la marcha de la capital (el barrio comercial Kitay-górod). ¿Nos damos una vuelta por el Kremlin?
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