El estrecho de Juan de Fuca sirve de frontera natural entre Estados Unidos y Canadá en la costa del Pacífico. Allí, frente a Seattle, se encuentra la capital de la Columbia Británica, Victoria, una ciudad que poco a poco va ganando interés turístico, especialmente como destino desde el que descubrir la isla de Vancouver sin necesidad de pernoctar en la Canadá continental, en la mucho más poblada ciudad del mismo nombre. Además, al ser la capital histórica y administrativa, cuenta en su haber con numerosos edificios públicos de corte neoclásico. Es allí, entre ellos, junto al puerto, donde se encuentra uno de esos hoteles cuya barrera entre cinco estrellas de negocios y de ocio está muy difuminada: el Hotel Grand Pacific.
Con 304 habitaciones (entre las que se cuentan 46 suites), sus vistas sobre el estrecho son perfectas, ya que se encuentra en primera línea del puerto deportivo de Victoria, así como a un paso de los principales edificios legislativos y las calles comerciales. De entre todas, las más espectaculares son las Luxury Suites, con capacidad para hasta cinco personas, lo último en tecnología y, pensando en escapadas románticas, amenities de baño de Gilchrist & Soames.
El hotel llama la atención por su estructura, de estilo europeo y que recuerda a los grandes cinco estrellas de lujo alpinos con sus muchos tejados piramidales, en contraste de color con los muros. Estos, por cierto, cuajados de grandes ventanales para que no haya ni una sola habitación que no pueda disfrutar de las vistas del canal.
Estar en el cielo en el Grand Pacific es fácil, y es que es así como se llama su spa. En este caso, en japonés, Sora, ya que allí se ofrece una carta de tratamientos con un claro componente oriental. Además de shiatsu, es posible encontrar masajes tailandeses o los realizados con piedras de jade. De la cosmética se encarga la firma Pevonia Botánica.
Pero no solo aquí hay motivos de indulgencia. The Pacific es uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad y se encuentra en el hotel, con disponibilidad de terraza si el tiempo lo permite. Del mismo modo, se puede disfrutar de un té británico 'a lo Costa Oeste', así como de la cafetería Courtyard y el lounge The Pacific.
A partir de 120 €/noche, una forma señorial de conocer una de las cuatro esquinas de Canadá y, sin duda, una de las más elegantes.
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