Una isla privada, casi virgen, sirve de marco privilegiado para aquellos que se desplacen hasta Maldivas para disfrutar del resort Gili Lankanfushi. No estamos ante un hotel más. Compuesto por 45 villas de lujo, todas instaladas sobre el agua, el objetivo principal es brindar la máxima privacidad y 24 horas de disfrute del Índico.
Este cinco estrellas consta de cuatro tipos de villas: Villa Suite, Residence, Crusoe Residence y The Private Reserve. Esta última, la más exclusiva, incluye servicio de mayordomo las 24 horas, acceso a una bodega con más de 400 etiquetas, el uso de un jacuzzi y gimnasio privado así como una sala audiovisual con lo último en tecnología.
Es fácil destacar su spa, el Meera, que llama la atención gracias a su suelo transparente que permite ver el fondo marino. En él se ofrecen tratamientos con productos orgánicos marinos como algas cosechadas a mano. Pero nada tan original como la Chocolate Cave, una magnífica y sugerente sala en la que es posible degustar una gran selección de los mejores chocolates artesanos.
A partir de 1.600 dólares por noche y villa, bienvenidos al paraíso.
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