Chevel Blanc, la marca de hoteles de lujo del grupo LVMH, se amplía con la apertura de su segundo establecimiento: el Cheval Blanc Rhandeli, en Maldivas. Pensado para que lo premium y lo exclusivo inunde todo el espacio, tras el de Courchevel, el arquitecto Jean-Michel Gathy se ha encargado de un proyecto ambicioso y apasionante.
Con 45 villas de lujo integradas en la vegetación del archipiélago del Índico, y con las aguas turquesas como testigo, la decoración, que mezcla toques tradicionales con mobiliario contemporáneo y diseño minimalista, hace de cada una de las casas un espacio único. Los salones se confunden con los baños y las terrazas con las piscinas privadas de proyección infinita y 12,5 metros de longitud.
De los tratamientos del spa, con área de masajes abierta las 24 horas, se encarga Guerlain, una de las marcas del emporio galo, y la restauración corre a cargo del cocinero Yannick Alléno, con tres estrellas Michelin. Un menú japonés y galo a un tiempo será el que deguste quien se decida por su establecimiento, uno de los cinco de los que consta el Randheli.
¿Quién no quiere ser de los primeros en estrenarlo? Lo único malo, que no está al alcance de todos los bolsillos.
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