Hay vacaciones que están llamadas a no olvidarse nunca. Es lo que le ocurre a los que acuden a uno de los hoteles con más encanto de Kenia: el Giraffe Manor, donde la experiencia, además de la estancia en sí, cuenta con unos invitados de excepción: las jirafas. Da igual que se sea un niño o un adulto, la sorpresa de ver a estos animales meter su cabeza en el comedor del desayuno y esperar que compartamos las tostadas con ellos es única.
Situado a apenas 20 kilómetros de Nairobi, la capital de Kenia, se trata de un edificio construido en estilo escocés en 1932 y cuenta con solo diez habitaciones (dobles y una triple), de ahí que las reservas haya que realizarlas con mucha antelación. Todas están provistas de camas con dosel, muebles antiguos y espaciosos cuartos de baño. Aquí sí que no entran los miembros de la familia de jirafas masai que campa a sus anchas por la finca...
Es un gran lugar para conocer la fauna africana. No solo por poder tocar a las jirafas, sino también porque allí también se encuentra el centro AFEW Giraffe, que permite adentrarse en su mundo y visitar lo que se ha convertido en un santuario para ellas. Además, se ofrecen excursiones por la región de Langata, así como al Sheldrick Wildlife Trust, donde es posible ver y alimentar, e incluso adoptar, a bebés elefante.
Tampoco faltan opciones culturales como las visitas a los cercanos museos Karen Blixen, dedicado a la exploradora y escritora danesa, o a los centros de artesanía de Kazuri Beads, donde comprar piezas únicas realizadas a mano. Todas son opciones que se encuentran incluidas en el precio de la habitación, por lo que no hay que preocuparse por gastos extras.
No se nos ocurren lugares mejores para disfrutar antes o después de un espectacular safari en la zona (a partir de 390 €/noche).
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